In memoriam
Dr. Jorge H. Lyonnet

El 22 de septiembre de 1998, luego de haber vivido 93 luminosos años falleció en el Hospital Aeronáutico Central el profesor Julio H. Lyonnet.
Queda el recuerdo de un profesor universitario de primer nivel y un neurocirujano de gran categoría técnica y científica.
A ello debe agregarse que fue una persona honorable y desinteresada, lo que le permitió gozar de un sólido prestigio moral en épocas en que la envidia y los intereses bastardos intentaron afectarlo en su trabajo médico y científico.
Los que tuvimos la suerte y el honor de ser sus discípulos en la universidad y luego sus colaboradores en su trabajo médico recordamos las formidables clases de anatomía topográfica donde enlazaba el acontecer embriológico de cada región que ilustraba magníficamente con los dibujos aún no superados y que dejaban en la mente de los alumnos la admiración de haber presenciado un acto docente de excepcional magnitud.
La raíz de estas clases memorables trascendía lo meramente anatómico pues se nutría de una elaborada concepción filosófica que se plasmó en su libro "Anatomía Topológica".
A su regreso de Boston, luego de haber trabajado en la Lahey Clinic con James Poppen se convirtió en el principal introductor en el país de las técnicas psicoquirúrgicas que desarrolló a lo largo de unos diez años en los Hospitales de Alienadas (hoy Moyano) y el Melchor Romero (hoy
Alejandro Korn). Prueba de ello son más de 500 casos operados en ambos hospitales en los que desarrolló nuevos conceptos y técnicas psicoquirúrgicas.
Poseía un cerebro inquieto y curioso, característica de las personas bien dotadas para la ciencia y ello le permitió incursionar en distintos campos con singular éxito. Sus estudios sobre la neurología del trigémino, sobre todo el acceso anatómico al ganglio de Gasser, le permitieron elaborar los tratamientos de esta cruel enfermedad que tienen plena vigencia hoy frente a otras técnicas más sofisticadas.
El doctor Lyonnet fue un ser excepcional destacándose en todo lo que captó su interés. Excelente ajedrecista llegó a ser campeón de la Capital Federal manteniendo un buen nivel hasta en sus últimos años.
También volcó esa habilidad natural para el dibujo en la pintura de acuarela produciendo algunas obras de valor e importancia.
A todo ello debemos agregar su elegancia técnico quirúrgica que le permitió realizar con éxito operaciones de avanzada en el fornix y en el tronco cerebral.
La colectividad neuroquirúrgica del país pierde, a no dudarlo, uno de sus más conspicuos exponentes.

Dres. Daniel Brichetti
y Roberto Gessell