Juan Carlos Christensen

Título

Juan Carlos Christensen

Autor

Prof. Dr. César Burry

Fecha

Abril 2004

Lugar de Realización

Ex Decano del Colegio Argentino de Neurocirujanos

Texto

Rev. Argent. Neuroc. 2004, 18 (S1): 40

Juan Carlos Christensen

Prof. Dr. César Burry

Ex Decano del Colegio Argentino de Neurocirujanos

La historia de la evolución de este excepcional neurocirujano, es rica en acontecimientos. Desde su formación, las condiciones de su capacidad personal, su voluntad y la moral en su conducta, han modelado su personalidad.
Fue durante su vida un ejemplo de médico con una excelente formación científica y dueño de una técnica quirúrgica precisa, con habilidad en los distintos momentos, aun la eventual ruptura súbita de un aneurisma, no lo inmutaba.
Dueño de la brillantez, simplicidad, rapidez y elegancia en todos los pasos de la técnica, los resultados de sus cirugías eran buenos.
Después de mi graduación, a comienzos de 1951, visite varios servicios prestigiosos en Buenos Aires, para poder apreciar las condiciones de los maestros. Concurrí a verlo a Christensen durante unas semanas, sin atreverme a solicitar nada. Un día en el vestuario, me preguntó si quería incorporarme directamente al equipo de trabajo, le respondí que le contestaría después de conversarlo con " su equipo", lo que hice unos días después.
Toda mi vida profesional recordé este afortunado acontecimiento y me incorporé "full time", que duraría siete años, y una relación personal de toda la vida. Como no tenía otras obligaciones de trabajo, podía hacerlo, aun viviendo en La Plata.
Una condición especial que me atrajo, era la formación neurológico-clínica, ya que previamente a una decisión importante, el caso era analizado, valorando el costo-beneficio que se obtendría con la cirugía. Alternativa que compartía plenamente.
Juan Carlos Christensen, nacido el 10 de febrero de 1914 en Santiago del Estero, hijo de argentinos, pese a su origen Dinamarqués por su apellido. La ubicación de sus antepasados en el Centro Norte Argentino y las sucesivas residencias de JC fueron en Santiago del Estero pocos años, en Córdoba (San Javier) y Buenos Aires.
De buena posición economicosocial, con una preocupación por la cultura (que se nota especialmente en el hijo mayor), la escolaridad secundaria la hizo en el Colegio Nacional de Buenos Aires.


Dr. Juan Carlos Christensen, 1914-2003

El matrimonio de los padres Christensen-Rodríguez, tuvo cuatro hijos: JC el mayor, Jorge Ingeniero Agrónomo, Luisa y Adela, médica psiquiatra. JC, buen estudiante, se anotó en Medicina, luego de haber dudado entre ingeniería y arquitectura. Cursó regularmente, siendo practicante en el Hospital de Clínicas durante dos años y se recibió a los 24 años. Adquiere una buena cultura, con dominio además del idioma inglés.
Por sus excelentes notas se hizo acreedor al "Diploma de Honor" y a la beca "Príncipe de Gales", para estudiar Neurofisiología y Neurocirugía en Inglaterra.
Siendo practicante del Hospital de Clínicas, estuvo en contacto con Manuel Balado, que lo alentó, encaminándolo a terminar su tesis y proponiéndole asistir juntos a los acontecimientos internacionales en preparación.
Se realizaba el III Congreso Internacional de Neurología en Copenhague, en septiembre de 1939, y la Reunión Anual de los Neurocirujanos Británicos en Oxford, inmediatamente después.
Al terminar el Congreso de Copenhague, Balado aconsejó el regreso a la Argentina, por la inminencia de estallar la guerra, lo que él hizo de inmediato.
La Segunda Guerra Mundial se declaró a los pocos días y fue una odisea para JC volver desde Copenhague a Inglaterra. Durante los cuatro años de su permanencia, asimismo, sufrió las vicisitudes de las condiciones que impuso la contienda. En Oxford, durante los dos primeros años con la "Beca Príncipe de Gales", hacía experiencias con gatos en los que provocaba lesiones y tomaba biopsias que preparaba con las enseñanzas de las técnicas argénticas de Don Pío del Río Hortega (exiliado de España), de quien llegó a ser amigo.
Al finalizar esta investigación, se le otorgo el titulo de "Bachiller en Ciencias" en Oxford.
Paralelamente desarrollaba la Neurocirugía y Neurología con Sir Hugh Cairns y Jefferson en la Radcliffe Infirmary en Oxford.
Al cabo de los dos primeros años, se encontra ba en la disyuntiva de volver a la Argentina o continuar con otras posibilidades que se le ofrecían.
Finalmente optó por ir a trabajar a Escocia con Norman Dott, en la Royal Infirmary de Glasgow, y contando con los beneficios de la Rockefeller Fundation. Había que cumplir con una condición: debía ser neurólogo, es decir, un neurólogo que operaba, para poder acceder al Departament Surgical Neurology.
Norman Dott era Presidente de los neurocirujanos británicos y se había formado con Harvey Cushing en Estados Unidos. Además Dott -era entonces integrante- por las necesidades de la guerra, del equipo de emergencias quirúrgicas del Bangour Hospital, que estaba a cierta distancia de Glasgow (al cabo de un cierto tiempo debían llevarse alimentos para el almuerzo y Dott llevaba para sí y también para Christensen).
La relación con Dott era muy afectuosa. Vivía en una pensión frente a la casa de él, que se la había recomendado. Relató J.C. en público (hace un cierto tiempo) que una noche, que retozaba con una enfermera, cayó una bomba que explotó a escasos metros de su habitación.
En todos los años que pasó en Europa, tuvo la oportunidad, además, de observar las actuaciones personales de las figuras que se estaban formando en Europa, como De Martel (que se suicidó cuando los alemanes entraron a París), Clovis Vincent, Pennybacker, Murray Falconer, Krinaw, etc.
Se mantenía conectado con frecuentes cartas con la familia y supo de esta manera que su madre, que era hipertensa, sufrió un episodio en el que en cinco días fallece, por un hematoma intracerebral.
También estaba conectado con Balado quien le hizo conocer, que recibió de Cairns y de Dott los conceptos y felicitaciones por los progresos que realizaba.


Dres Ramón Arana Iñiguez, José Benaim y Juan C. Christensen

La familia Christensen había ayudado a una señora docente muy amiga, que quería a JC -niño y adolescente- a la que llamaban cariñosamente "abuela adoptiva". Se llamaba María de La Plaza de Arias Moreno y estaba pendiente de la evolución de JC en la Universidad, el curso de la Beca en Inglaterra y su relación con Balado.
Esta señora, sobrina de Victorino La Plaza, heredó una fortuna, entre otras, tierras en San Javier, que luego en parte beneficiaron a la familia de Christensen. Hizo viajes a Europa con miembros de la familia y cuando se enteraron del fallecimiento de Balado, ofrecieron un lugar en un Mausoleo de la Recoleta, para que sea sepultado allí; lo que finalmente no se concretó.
En su retorno al país, a fines de 1943, después de un viaje azaroso para llegar a Canadá, visitó el Instituto Neurológico de Montreal, vio operar a Penfield, a quien juzga pausado y criterioso; en Toronto visitó a Mc Kenzie, en el Instituto Neurológico de Nueva York, entrevistó y vio operar a Lawrence Pool y a Earl Walker, con buenas actuaciones de ambos. En Baltimore visita a Walter Dandy, impresionándole como muy rápido, pero menos prolijo.
Después fue a Chicago a ver a Percibal Bailey y Paul Bucy; en la Clínica Mayo se entrevistó con Adson, que tenía organizadas "las operaciones sucesivas", por cuanto él solamente entraba en los momentos importantes y salía, para otra operación que ya estaba en marcha. También visitó a Sachs en Saint Louis Missouri.
A su regreso al país, en diciembre de 1943, no estaba Balado, que le había propuesto una ubicación a su vuelta. Lo recibió Carrillo y pasó a ocupar el cargo de Médico Agregado Honorario, durante un lapso.
Pese a las condiciones no óptimas del Costa Boero, durante los años 44 y 45 logró realizar operaciones importantes como neuralgias de trigémino, hernias de disco lumbar, los primeros cinco casos de tumores de tercer ventrículo (presentados al Primer Congreso Latinoamericano de Neurocirugía en 1945). Para esa fecha enseñó mucho de lo que aprendió en el extranjero. Concurrían al Costa Boero, Raúl Carrea, Raúl Matera, Enrique Day, Roberto Chescotta, Ángel Camarotta y Héctor Villar. Era una época que en se hacía dificil la permanencia y gran parte de los profesionales son desplazados, por razones políticas, entre ellos JC.
En abril de 1946 fue designado, por invitación de Enrique Finochietto, médico concurrente del Pabellón 9 del Hospital Rawson. Poco tiempo después le ofrecen también la concurrencia al Hospital Nacional de Alienadas.
Comienza asimismo a concurrir al Hospital Francés, que se formaliza como Jefe de Servicio y Chevallier de la Sanite Publique en 1952, que más tarde, después de 1960, se transforma en el denominado Servicio Alfredo Thompson, conservando JC la Jefatura de Neurocirugía. El Hospital Alemán lo nombran consultor en 1950, en el Hospital Español en 1953, en el Hospital Británico en 1954 y finalmente accede por concurso a la Jefatura de Neurología y Neurocirugía del Hospital Italiano en 1969.
En 1945 se inició en la docencia como Jefe de Trabajos Prácticos de la Cátedra de Neurocirugía. También comienza la Adscripción, que cumple regularmente durante cinco años y luego continúa, con las obligaciones de grado y postgrado.
Fue Profesor Adjunto -ratificado en varias oportunidades-, y transitoriamente a cargo del Costa Buero (sede de la Cátedra), pero no alcanzó en forma regular y permanente las máximas posiciones en la Facultad de Ciencia Médicas (por no coincidir con los oficialismos).
Tuvo en cambio el reconocimiento de sus pares a nivel nacional e internacional, de la comunidad médica y de la sociedad. Fue miembro del Rotary Internacional de Buenos Aires durante muchos años.
Durante dos décadas -a partir del año 1950-desarrolló intensa actividad en los cursos del Ateneo Neurológico de la Fundación Roux-Ocefa, dictando y participando de las actividades habituales, simposios, seminarios y mesas redondas.
Fue amigo personal de Carlos Bardeci, Raúl Carrea, Moisés Polak, José Benaim y los uruguayos entrañables como Román Arana Iñiguez, Gomensoro y Azambuja quienes participaban también en la Fundación.
Fue Conferencista y Relator oficial en Congresos de la especialidad en países Europeos y Latinoamericanos.
Fue miembro del comité de Neurotrauma de la World Federation of Neurosurgical Societies (WFNS) y organizó reuniones anuales en los 10 países. La de Buenos Aires se realizó en agosto de 1972. Los trabajos presentados se compilaron en el libro Neurotraumatología, que fue editado conjuntamente con los doctores Raúl Carrea y León Turjansky. Fue uno de los cinco miembros que viajaron a Kyoto, en abril de 1984, para elegir el futuro presidente de la WFNS.
Colaboró en numerosos libros como los de Pereyra y Adrogué, (Tratamiento Quirúrgico de los tumores de órbita, Prof. Balado y Christensen), Cardini y Beretervide, Patología Quirúrgica de Michans y colaboradores (Capitulos 16 al 23), de los que se hicieron varias ediciones. Elaboró un centenar de trabajos científicos.
En 1959 obtuvo, junto con G. Cottini, el premio Ovidio Bolo por el libro Síndrome ceruicobraquial.
Perteneció al grupo fundador del Colegio de Neurocirujanos, del que fue luego uno de los Decanos y de la Asociación Argentina de Neurocirugía, de la que fue Presidente y más tarde Miembro Honorario. Fue asimismo miembro de las Sociedades de Neurocirugía de Gran Bretaña y de Brasil, Chevallier de la Sante Publique de Francia y miembro de la Société de Neurochirurgie de Langue Francaise, de la American Academic of Neurologycal Surgery y de numerosas sociedades científicas del norte' de América y de países Americanos.
Formó numerosos discípulos. Los primeros, fueron Hugo Usarralde y Eduardo Saint Martin (que ingresaron poco antes que yo). Integramos el equipo y siempre tuve el orgullo y sentimiento de gratitud por lo que hacía y aprendía. Estando en la disyuntiva de quedarme en La Plata o no, me ofreció Juan Carlos que me instalara definitivamente en Buenos Aires, ofreciéndome además una ayuda pecuniaria. Agradecí el ofrecimiento, la distinción y la estima que significaba: pero el crecimiento en mi desarrollo personal y en la Universidad estaban en la mano. Los profesionales plateases me lo requerían. De esta manera decidí mi futuro en La Plata.
Los entrañables amigos Usarralde y Saint Martin continuaron en el equipo y además tenían evolución propia. Ambos, con diferencias de pocos años estuvieron enfermos con pronóstico ominoso; los visitaba frecuentemente, hasta su fallecimiento. Los demás, Luis Torres, Américo Villagarcía (fallecido en accidente), Hiram Rostand, Julio Giménez Arce, David Parvis, Guillermo Raglia, Eduardo González Toledo, Alberto Cavalli, Raúl Frugoni, Cesar Ara, Horacio Fontana, Hugo Sotile, Raúl Rudelli, Aníbal Grangeat, Carlos Casullo, Tigris Martirosian (fallecido trágicamente), Marcos Gaspari, Robert Hugues, Javier Gardella, Anselmo Rodríguez Lofredo, los conocí a todos aunque son de la última etapa. Se han ido a Estados Unidos, F. Lawson Kerr, E. Gualda y a Ecuador, René Franco, que fueron de una etapa anterior. Muchos se han destacado como Profesores y Jefe de Servicio, son buenos profesionales y con éxito.
JC era alto, buen mozo, atlético, más bien delgado. Al cambiarse para ir al quirófano tenía piernas largas y pantorrillas poco prominentes. Durante algunos años, los ayudantes jóvenes que tenía lo llamaban "el tero".
Era exigente, con los demás profesionales y especialmente con sus discípulos. No transigía con la demagogia y valoraba las condiciones de los demás. Solía reunirse con los antiguos ayudantes en ocasiones especiales.
De los discípulos que ejercíamos en el país, y a su vez, los que se formaron posteriormente con ellos, era frecuente la expresión, como orgullo, manifestar: que eran "hijos o nietos" (de la formación médica de JC). El volumen de casos operados es muy importante, especialmente los aneurismás cerebrales, cuyo número supera al de cualquier especialista del país.
Desarrollaba sus tareas en el Hospital Francés, y lo sucedió en esa Jefatura el Dr. Eduardo Saint Martin. En la actualidad, el Servicio está a cargo del Dr. Anselmo Rodríguez Lofredo.
Son dignos de recordar dos episodios con celebridades de otros países.
Herbert Olivecrona fue invitado a operar en el Costa Buero por el Dr. Carrillo. Durante el acto quirúrgico, por problemas de instrumental y de idioma, no era posible continuar con la operación. Christensen conversó con el Dr. Carrillo ofreciéndole traer su instrumental privado y además ayudarlo con la traducción-conversación entre el cirujano, la instrumentadora y los ayudantes del acto operatorio, lo que permitió continuar la cirugía. Desgraciadamente el enfermo estaba mal, no pudiendo revertir la situación y falleció antes de finalizar.
Norman Dott, en su viaje a Lima (antes del Congreso pasó unos días en casa de Christensen) En el Hospital Rawson, vio a un adolescente con síndrome de hipertensión endocraneana, recién ingresado. Propuso que se le hiciera bien temprano al día siguiente, una ventriculografía, que me encomendaron a mí. El líquido obtenido por punción, lo reemplacé por aire, pudiendo visualizar una cavidad de casi 8 cm, en el lóbulo parietal derecho. La certeza de que se trataba de un quiste hidatídico, obligó a la decisión de una extirpación, que se realizó de inmediato, sin problemás, con la ayudantía de Christensen y mía.
Dott celebró que era el primer quiste hidatídico que operaba en toda su larga carrera, con la ayudantía de su antiguo discípulo y un nieto!
JC era comunicativo y como él decía, "muy familiero". Durante la guerra se mantuvo en contacto permanente con su familia. Escribía y recibía cartas frecuentes de la familia y de otras personas; y si bien su vida en Inglaterra era de mucho trabajo, tenía reuniones frecuentes, había que mantener un buen estado de ánimo. A su regreso se casó con Dolly y tuvo con ella seis hijos.
Juan Carlos, el mayor, fue Ingeniero, luego Susana, Gloria y Alicia (tiene una amplia y linda hostería en San Javier), luego Diego y Javier son Ingenieros Agrónomos y Civil respectivamente.


Dr. Robert Vigoroux, Juan Carlos Christensen y Diana de Christensen

De su segundo matrimonio tiene a Matías, y finalmente su casamiento con Diana en 1981, en Marsella. Los casó según las leyes francesas, el Segundo Alcalde a cargo ( por cuanto el titular era Ministro del Gobierno de Francia) el neurocirujano Robert Vigoroux, que era amigo de Juan Carlos y había estado varias veces en Argentina.
Hoy el hijo de ambos, Axel, tiene 17 años y es el menor de sus descendientes.
Hace algunos años me refirió que en la escuela fue citado a una reunión de padres y al ser interrogado "por qué venía el abuelo en lugar del padre" tuvo que afirmar "yo soy el Padre". Me comentó el episodio personalmente, entre divertido y orgulloso.


Sus libros de historia

Dentro de sus múltiples facetas, pasados los 75 años, se ocupó de escribir un voluminoso libro sobre "Historia Argentina sin Mitos, desde Colón a Perón". (Grupo Editor Latinoamericano, 1990), que es usado en distintas cátedras universitarias. Además, durante años trato de comprender la relación entre la energía y la materia por lo que analizó varias teorías -que consideraba verdades cuestionables-, sometiéndolas a la "duda metódica" que propusiera Descartes, lo que dio lugar al libro "Verdades o Semiverdades en Física y Astronomía" (Ed. Científicas, 1987).
No pudo concurrir al Congreso Mundial de Sydney en septiembre de 2001, donde se le iba a otorgar una medalla, premiándolo junto con 5 personalidades del mundo. Viajó su hijo Matías para recibirla. La razón fue que poco antes había sufrido un pequeño ACV que le provocó una leve hemiparesia izquierda que limitó su desenvolvimiento, aunque no su intelecto. Realizó rehabilitación tres veces por semana, pero no logró una independencia completa. Leía y conversaba con la familia, los últimos meses; recibía pocas visitas. Aparecen problemas respiratorios que agravan su situación y fallece el 27 de mayo del 2003.
Se incineraron sus restos y están depositados en San Javier.