Raúl Carrea, Mi Maestro

Título

Raúl Carrea, Mi Maestro

Autor

Dr. Martín Girado

Fecha

Abril 2004

Lugar de Realización

Decano del Colegio Argentino de Neurocirujano

Texto

<!doctype html> Documento sin título Rev. Argent. Neuroc. 2004, 18 (S1): 45

Raúl Carrea, Mi Maestro

Dr. Martín Girado

Decano del Colegio Argentino de Neurocirujanos

¡Qué importante es tener un recuerdo y una semblanza de los que han sido nuestros Maestros en la Neurocirugía, evocar sus personalidades, sus costumbres y anécdotas, humanizarlos para recordarlos como una figura paternal que nos ha brindado su experiencia y nos ha permitido crecer en nuestra especialidad.
Raúl Carrea fue un pionero en la Neurocirugía infantil, reconocido mundialmente, respetado y querido por sus pares. Mis comienzos en la neurocirugía fueron mientras era practicante en la Guardia del Hospital de Niños "Ricardo Gutiérrez". Carrea recién comenzaba a desarrollar su actividad en este Hospital y también en el Instituto de Oncología "Ángel Roffo". Tenía como ayudante al que fue mi Mayor de Guardia, el mendocino Enrique Armella, que luego se dedicó a la Cirugía Plástica.
La pujanza de Carrea logró crear el Servicio de Neurocirugía en el Hospital de Niños cuando se disolvió el llamado "Pensionado", que estaba en el primer piso de la entrada por la calle Gallo. Allí se construyó un entrepiso y se amplió para hacer los Laboratorios, la Biblioteca y el despacho de Carrea con su Secretaria y, en la planta principal, el quirófano, rayos, internación, secretaría, residentes, etc., constituyendo un Servicio con gran autonomía dentro del movimiento del Hospital.
Mientras se construía la Sala 18 teníamos que usar los quirófanos centrales y generalmente venía un anestesista para Neurocirugía (De Luca, Gorini y otros) o la anestesia la hacía un anestesista de planta.
Esa época nos integró al resto del Hospital, sobre todo a los Servicios de Clínica, que con frecuencia nos llamaban para solucionar las hidrocefalias en las meningitis tuberculosas.
La inventiva de Carrea logró modificar y simplificar la operación de Nosik que consistía en derivar el LCR ventricular a las celdas mastoideas en una operación simple al alcance de los residentes, con lo cual se logró salvar a muchos niños que tenían esta complicación, pudiendo tratarlos con los antibióticos que ya eran efectivos.



Menciono a los residentes, fue la época de la creación del sistema de residencias, cuando ya estaba en funcionamiento el Servicio de Neurocirugía, y los primeros residentes fueron Guevara, Grippo y García. Luego siguieron muchos que yo los consideraría hijos, nietos y biznietos de un Gran Maestro.
Con la colaboración de un grupo de señoras y amigos Carrea creó FLENI (Fundación para la Lucha de Enfermedades Neurológicas de la Infancia) que fue creciendo y hoy se ha constituido en una Institución de la mayor importancia en el ambiente.
Durante esos años, Carrea fue muy prolífico en publicaciones y presentación de trabajos en diversas Sociedades de Pediatría, de Cirugía, en la AMA etc, exponiendo nuevas técnicas, por ejemplo la sección de la tienda del cerebelo en las hidrocefalias causadas por hernia transtentorial ascendente del cerebelo, la creación de una válvula para tratar las hidrocefalias, técnicas para la cirugía de las malformaciones vasculares cerebrales, criterios para la solución de los aneurismas, en fin, sería largo enumerar los aportes de Carrea a la Neurocirugía. No olvidemos que el primer aparato,
en el país, de Tomografía Computada fue traído desde Inglaterra por él.



La impronta de un Maestro se nota en sus discípulos no sólo por la técnica quirúrgica sino también por las actitudes frente a los problemas, a los pacientes y a sus padres. A veces las explicaciones de Carrea se hacían incomprensibles para padres de poca ilustración, y a mí me tocaba hacer la traducción a un lenguaje simple que ellos pudieran entender.
Recuerdo algunos dichos de Carrea, como lo que dijo después del mal resultado de una exploración de una malformación de la fosa posterior: "hay curiosidades malsanas."
Después de varios años que estuve como subjefe en el Hospital de Niños y el cargo de Primer Ayudante, se abrieron concursos para la jefatura de Neurocirugía en varios hospitales. Obtuve el cargo para jefatura de Neurocirugía en el Hospital Muñiz. Cuando me presenté ante Carrea para comunicarle esto y que abandonaba el Hospital de Niños se le movió el bigote y dijo: "Bueno, no es lo mismo ser cabeza de ratón que cola de León.."
Las inquietudes de Carrea no pasaban solamente por la medicina. Le gustaba incursionar por la buena música, la buena comida, los buenos espectáculos, los buenos libros, la cultura en general.
En una oportunidad se compró ¡una motocicleta!! Y por supuesto la campera negra, las antiparras, los guantes y el casco... Raquel, su mujer, no podía hacerlo cambiar de opinión.
La muerte de Raúl Carrea nos conmocionó a todos, fue inesperada, aún joven y productivo, y todavía seguimos lamentando su ausencia.

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