Evidencias en la utilidad de la saturación yugular de oxígeno como método de neuromonitoreo y guía de tratamiento

Título

Evidencias en la utilidad de la saturación yugular de oxígeno como método de neuromonitoreo y guía de tratamiento

Autor

Lucia Gabriela Scalise
Luis Alberto Camputaro

Fecha

Marzo 2014

Lugar de Realización

Hospital Juan A. Fernández
Clínica Adventista de Belgrano

Correspondencia

Luis A. Camputaro
luis.camputaro@gmail.com

Texto

REV ARGENT NEUROC | VOL. 28, Nº 1 : 1-8 | 2014

ARTÍCULO DE REVISIÓN

Evidencias en la utilidad de la saturación yugular de oxígeno como método de neuromonitoreo y guía de tratamiento

Lucia Gabriela Scalise1, Luis Alberto Camputaro1-2
1Hospital Juan A. Fernández, 2Clínica Adventista de Belgrano

Luis A. Camputaro
luis.camputaro@gmail.com
Conflicto de intereses: los autores declaran no presentar conflicto de intereses.


RESUMEN
El manejo del paciente con injuria cerebral aguda ha tenido grandes avances en la última década. Neurocirujanos y Neurointensivistas cuentan cada vez con más y mejores métodos de monitoreo que colaboran en la prevención del daño secundario. A pesar de esto, aún no contamos con consensos que permiten decidir cual método de monitoreo utilizar en cada patología en particular. Estamos en permanente revisión para definir cuál es el método más preciso y efectivo en la medición de datos de relevancia que permitan aplicar una terapéutica más racionalmente orientada. Esta revisión ha llegado al punto de cuestionar la efectividad del monitoreo de la Presión Intracraneana en el Trauma Encéfalo Craneano Grave. Más allá de la relevancia de los cambios inflamatorios que alteran la presión intracraneana, la pérdida de la autorregulación determina un alto riesgo de complicaciones en la primera semana del paciente neurocrítico, independientemente de la causa de injuria primaria. Los trastornos del Flujo Sanguíneo Cerebral (FSC) subyacentes parecen jugar un papel de importancia en la generación del daño secundario. A fin de poder monitorear estos eventos potencialmente nocivos, se han desarrollado métodos de medición indirecta del FSC como el Doppler transcraneano (DTC), Saturación Yugular de Oxígeno (SayO2), Espectrometría Cercana al Infrarrojo (Near infrared) y Presión Tisular de Oxígeno (PtiO2) En esta revisión focalizaremos nuestra atención en describir las evidencias en la utilidad de la SayO2 como método de monitoreo y como guía de tratamiento.

Palabras clave: Bulbo Yugular; Saturación Yugular de Oxígeno; Trauma de Cráneo

ABSTRACT
The management of patients with acute brain injury has made great advances in the last decade. Neurosurgeons and Neurointensivists have more and better monitoring methods which cooperate in the prevention of secondary damage.
Despite this, we still have not consensus on deciding which monitoring method is going to be used in each particular pathology.
We are constantly reviewing of which method is more accurate and effective in measuring relevant data to help guiding a therapy more rationally oriented.
This ongoing review has reached the point of questioning the effectiveness of monitoring of Intracranial Pressure in Severe Trauma Brain Injury.
Beyond the relevance of inflammatory changes with changes in intracranial pressure, the loss of autoregulation determines a high risk of complications in the first week of neurocritical patients, regardless the cause of the primary injury.
Disorders of Cerebral Blood Flow (CBF) underlying seem to play an important role in the generation of secondary damage. In order to monitor these potentially harmful events there have been developed indirect measurement methods FSC and transcranial Doppler (TCD), Jugular Oxygen Saturation (SayO2) Near-Infrared Spectroscopy and Tissue Oxygen Pressure (PtiO2) In this review we will focus on describing the evidence on the usefulness of the SayO2 as a method to guide monitoring and treatment.

Key Words: Jugular Bulb; Jugular Oxygen Saturation; Brain Trauma


INTRODUCCIÓN

La saturación yugular de oxígeno refleja el balance entre el consumo cerebral y la disponibilidad de oxígeno en el encéfalo. Es un método de neuromonitoreo sencillo, aplicable al lado de la cama del paciente, mínimamente invasivo, que puede ser continuo o intermitente, de bajo costo y con escasas complicaciones. Por otra parte, refleja el estado metabólico global del encéfalo, y como tal es incapaz de percibir variaciones regionales de disponibilidad y consumo de oxígeno, lo que limita su uso en patologías focales.
El monitoreo del consumo cerebral de oxígeno, el flujo sanguíneo cerebral y la relación entre ambos es considerado de gran utilidad por muchos autores para entender la fisiopatología de la lesión cerebral aguda y la eficacia de las terapéuticas aplicadas; sin embargo, no forma parte del monitoreo habitual de los pacientes neurocríticos en la mayoría de los centros de referencia en nuestro país.
El objetivo de este trabajo es revisar la bibliografía existente acerca del uso de la saturación yugular de oxígeno en diferentes patologías neurológicas agudas como método de neuromonitoreo, así como también la utilidad de la misma como guía terapéutica.

MATERIAL Y MÉTODOS

Se realizó una búsqueda en Pubmed, utilizando las palabras de búsqueda “jugular bulb”, “traumatic brain injury”, “subarachnoid hemorrhage”, “stroke”, “meningitis” y “cerebral hemorrhage”.
Se analizaron artículos escritos en inglés y español en humanos adultos y entre las fechas 01/01/1992 y 01/09/2012.
Se agregaron artículos identificados en las referencias de artículos de revisión y también otros sugeridos por colegas expertos.

DESARROLLO

Fundamentos del monitoreo del FSC
En condiciones normales, el flujo sanguíneo cerebral (FSC) se mantiene constante tanto global como localmente, a pesar de los amplios cambios en diferentes variables fisiológicas. Este fenómeno se conoce como autorregulación. La autorregulación presora se da gracias a la progresiva vasodilatación o vasoconstricción en los vasos de resistencia, permitiendo mantener el FSC constante en un rango amplio de tensión arterial media. Existe también la autorregulación viscosa y metabólica. Todas estas formas de autorregulación tienen la particularidad de adecuar el FSC al consumo cerebral de oxígeno del tejido encefálico ante una situación dada (reposo, estrés, etc.).
La vasorreactividad del encéfalo ante cambios en la presión parcial de dióxido de carbono (pCO2) difiere de los mecanismos anteriormente mencionados, ya que descensos importantes de la pCO2 llevan a una consecuente disminución del FSC, independientemente de la tasa de metabolismo cerebral de oxígeno (TMCO2), pudiendo incluso llevar dicho flujo a valores por debajo del umbral de isquemia.1
Luego de una lesión neurológica aguda ocurren diversas alteraciones en el flujo sanguíneo cerebral, la autorregulación suele estar alterada, lo que predispone al encéfalo a sufrir isquemia secundaria. En consecuencia, el monitoreo del FSC es importante tanto para entender la fisiopatología de la lesión como para guiar la terapéutica.
Para poder interpretar adecuadamente los valores de FSC, es necesario entender la relación fisiológica entre el mismo y la TMCO2.
El FSC es directamente proporcional a una constante (k), a la presión de perfusión cerebral (PPC) y a la cuarta potencia del diámetro vascular (d4); y es indirectamente proporcional a la viscosidad sanguínea (n) y a la longitud vascular (l) por ocho (Fig. 1).
De la ecuación se desprende que el principal determinante del FSC es el diámetro vascular, sobre todo a nivel arteriolar. Los cambios en la PPC o en la viscosidad son contrarrestados por un cambio en el diámetro arteriolar, manteniendo el FSC constante (autorregulación viscosa y presora). Aún no se conoce con certeza cuál o cuáles serían los mecanismos mediadores involucrados en la autorregulación, aunque se sabe que el endotelio y factores sintetizados por este tendrían un rol preponderante.
La TMCO2 se calcula como el producto entre el FSC y la diferencia entre el contenido arterial y el contenido yugular de oxígeno (D(a-y)O2).

TMCO2 = FSC x D(a-y)O2

El valor normal del CaO2 es de 14 mL/dL y el del CvO2 es de 7.7 mL/dL, por lo tanto, se considera normal un valor de D(a-y) O2 de 6.3 mL/dL. El valor normal de la TMCO2 es de 3.2/100 gr. de tejido encefálico/min. El FSC en un humano adulto despierto es de 50 ml/100 gr. de tejido a una PaCO2 de 40 mmHg.
La TMCO2 varía según la actividad del sistema nervioso central (SNC), disminuye durante el coma o el sueño, y aumenta durante la vigilia, episodios comiciales, fiebre, etc. En condiciones normales, el FSC se adapta a estas variaciones por medio de los diferentes mecanismos de autorregulación previamente mencionados, lo que mantiene la D (a-y) O2 constante. Durante la lesión neurológica aguda, los mecanismos de autorregulación suelen estar afectados, llevando al desacople entre la TMCO2 y el FSC, por lo que el D (a-y) O2 deja de ser constante y se convierte en un marcador del FSC (siempre que la TMCO2 se mantenga constante). Valores inferiores a 6.3 mL/dL de D (a-y) O2 indican generalmente un FSC que supera a la demanda metabólica (hiperemia o perfusión de lujo), mientras que valores altos de la misma indican FSC inadecuadamente bajo para la TMCO2 (isquemia), lo que refleja el aumento en la extracción de oxígeno por parte del tejido encefálico como mecanismo compensador inicial. Disminuciones de más del 50% del valor normal del FSC ya no pueden ser compensadas por este mecanismo, por lo que el TMCO2 se vuelve dependiente del FSC. Este descenso provoca falla de la membrana neuronal, disfunción de la bomba Na+/K+ ATPasa, desintegración de las organelas intracelulares y la consecuente muerte celular. El valor umbral por debajo del cual se desarrolla infarto es de 18 mL/100 gr de tejido/min, y puede ser aumentado o disminuido por diferentes situaciones patológicas como terapéuticas.

Métodos de medición del FSC
Diversos métodos se han desarrollado a lo largo de los años para conocer de forma fidedigna el FSC.
El primero fue el método del óxido nitroso, desarrollado en 1945, y se basa en el principio de que la tasa de captación y depuración de un gas inerte difusible es proporcional al flujo sanguíneo.
Posteriormente se utilizaron radioisótopos de gases inertes como 85Kr o 133Xe, que se administraban por vía inhalatoria, detectándose la radioactividad por sensores extracraneales, lo que permitió conocer más acerca de flujo sanguíneo cerebral regional. Este método es barato, no requiere el traslado del enfermo y es seguro; sus principales desventajas son su pobre resolución, la imposibilidad de medir flujo en áreas profundas del SNC y su alta sensibilidad a los artefactos.
En la actualidad es factible medir el FSC por medio de tomografía computada (TC) usando Xenón como contraste. Este método nos da un mapa de FSC tanto en áreas superficiales como profundas. Su desventaja es la necesidad de traslado al tomógrafo y los potenciales efectos adversos de dosis importantes de contraste, entre ellos la depresión respiratoria.
Todos estos métodos nos dan el valor de FSC de forma intermitente. Existen otras formas de monitorear el FSC de forma continua, entre ellas la espectroscopia cercana al infrarrojo, aunque solo puede dar información acerca de tejido superficial.2

Saturación yugular de oxígeno
La saturación yugular de oxígeno (SyO2) fue descripta inicialmente en 1942 por Gibbs. Su importancia radica en que es un marcador de la relación entre TMCO2 y FSC.
De acuerdo a lo expuesto previamente, en condiciones de injuria cerebral aguda, los mecanismos de autorregulación se encuentran alterados, y es dado observar un desacople entre TMCO2 y FSC, que se refleja en el D (a-y) O2. Para calcularlo, debemos recurrir a la fórmula de la diferencia en el contenido arteriovenoso de oxígeno:

D (a-y) O2 = 1.34 x Hb x (SaO2 - SyO2/100) + 0.0031 x (PaO2 – PyO2)

Una D (a-y) O2 disminuida se observa en situaciones de perfusión de lujo, mientras que valores elevados reflejan situaciones de isquemia.
Otra variable estudiada por Julio Cruz y col., se denominó “Coeficiente de Extracción de Oxígeno” (CEO), que se calcula como SaO2 menos SyO2. El argumento para la introducción de esta variable es que los cambios en la extracción de oxígeno son representados por las modificaciones en las diferencias de saturación de la oxihemoglobina arterio-yugular. Además, el autor señalaba que situaciones de anemia aguda podía generar D (a-y) O2 artificialmente bajas, enmascarando situaciones de isquemia, por lo que el cálculo de la CEO sería un mejor indicador de la hemodinamia cerebral.3 El valor normal del CEO es de 24-42%.
Si la SaO2 es aproximadamente del 100%, asumiendo que el valor de hemoglobinemia es constante y que el oxígeno disuelto en plasma es el fisiológico, se observa que la SyO2 se correlaciona indirectamente con la D (a-v) O2.
El valor normal para la SyO2 fue estudiado por numerosos autores, utilizando diferentes técnicas de extracción de la sangre yugular, y en diversos grupos de personas sanas y enfermas; encontrándose valores normales en un rango de 44,7 a 71%. En la actualidad, en un paciente con TEC grave, son considerados normales valores entre 50–70%, considerándose hiperemia cuando se encuentra por encima de 70%, e isquemia cuando se halla por debajo de 50%. 4 Estos valores no son válidos para pacientes con otras patologías.

Aspectos técnicos
El bulbo yugular es una dilatación de la vena yugular que se ubica en la base del cráneo. El drenaje venoso de cada vena se compone en un 70% de sangre venosa ipsilateral y en un 30% de sangre venosa contralateral. Un 2 a 3% de la sangre venosa tendría un origen extracerebral según diferentes estudios. Dependiendo de la variación anatómica, se puede encontrar una vena yugular dominante, siendo esta la más grande (observable a través de tomografía computada o ecografía doppler) o la que mayor cantidad de sangre drena (se pone en evidencia al comprimir ambas venas yugulares de forma secuencial, aquella que resulte en la mayor elevación de la presión intracraneana será la que mayor cantidad de sangre drena). En 1994, Stocchetti y col. compararon la correlación entre los valores de SyO2 en ambos bulbos yugulares, evidenciando que entre el 30 y el 64% de los pacientes pueden tener una diferencia superior al 15% entre ambas mediciones, y que solo en un cuarto de los pacientes se encontraban diferencias de menos del 5%. Este fenómeno se explicaría por el drenaje venoso de un hemisferio que no se mezcla con el contralateral a su llegada al bulbo de la yugular. Otra explicación posible para los autores es que dependiendo de la forma de la curva de disociación de la hemoglobina en el lado venoso de cada hemisferio, cambios pequeños en la pO2 pueden traducirse en grandes cambios en la saturación.5
El sitio de colocación del catéter para el monitoreo de la SyO2 sigue siendo motivo de debate, existe consenso en colocarlo ipsilateral a la lesión en pacientes con lesiones focales, o en la vena yugular dominante para aquellos pacientes con patología difusa del SNC, aunque esta conducta no fue avalada por estudios prospectivos.5
Para su canalización se utiliza la técnica de Seldinger, además se puede utilizar guía ecográfica. La colocación correcta del catéter se debe confirmar con una radiografía lateral de cráneo, la punta del mismo debe ubicarse justo por delante de la apófisis mastoides, o por encima del espacio intervertebral C1-C2. El catéter debe permanecer permeable por medio de una infusión a bajo flujo de solución fisiológica con el agregado de heparina sódica y lavados intermitentes.
El catéter puede utilizarse para la extracción intermitente de sangre venosa yugular para análisis por cooximetría, en este caso la desventaja radica en el subdiagnóstico de episodios de desaturación (debido a la intermitencia del método). También se puede utilizar un catéter de fibra óptica que proporciona información en tiempo real de dicho valor de saturación. La desventaja en este caso depende de la correcta calibración del método. En un estudio se encontró que la sensibilidad y la especificidad de la SyO2 obtenida por este método para detectar episodios de desaturación fueron de 45% y 98%, respectivamente.6

Efectos adversos y limitaciones
En un estudio observacional sobre 44 pacientes con patología neurológica aguda, se estudió la incidencia de complicaciones relacionadas con el catéter en el bulbo yugular. Se evidenció una baja tasa de complicaciones, entre ellas punción carotidea en la colocación (2.5%), colocación torácica del catéter (0.02%), hematoma en sitio de punción (0.02%). No se reportaron episodios de bacteriemia asociados al catéter. Se observó una alta incidencia de trombosis no oclusiva y asintomática (40%, 95% IC 19-61%).7
Las limitaciones del monitoreo de la SyO2 incluyen tanto lo concerniente a la practicidad del método como en lo relativo a la interpretación de los resultados.
Es un método de neuromonitoreo invasivo, aunque con baja tasa de efectos adversos. Requiere de calibración en los casos de utilizar catéteres de fibra óptica, o bien es necesaria la extracción seriada de sangre para su análisis diferido en el laboratorio, lo cual no aporta información en tiempo real y está sujeto a los errores de la determinación por cooximetría. Por otra parte, requiere confirmación de su correcta colocación en múltiples oportunidades.
Toda situación donde se vea aumentada la afinidad de la hemoglobina por el oxígeno (alcalosis, hipotermia), generará valores de SyO2 falsamente elevados. Ya se mencionó la anemia aguda como una limitación para la interpretación de la SyO2. Por otra parte, las estructuras de la fosa posterior drenan escasamente en las venas yugulares, por lo que la SyO2 es un mal marcador del estado metabólico del cerebelo y el tronco del encéfalo. Es una técnica de monitoreo global del FSC, por lo que variaciones regionales del mismo puede no verse reflejadas en los valores de SyO2.

APLICACIONES CLÍNICAS

Traumatismo encefalocraneano
Luego de un traumatismo encefalocraneano (TEC), ocurren diversas alteraciones en la circulación sanguínea cerebral lo que condiciona la aparición de isquemia post traumática.
Muchas variables están implicadas en el desarrollo de la misma, incluyendo insultos locales y sistémicos. El objetivo del tratamiento del paciente con TEC grave es la evacuación temprana de lesiones ocupantes de espacio, el correcto manejo de la lesión secundaria, junto con el sostén hemodinámico y nutricional precoz.
En 1997, Martin y col. describieron las fases de la hemodinamia cerebral por medio del estudio de 125 pacientes con TEC grave cerrado. Estos autores encontraron una primera fase, de 24 hs de duración post TEC, que se caracteriza por presentar disminución tanto del FSC como de la TMCO2, con D (a-y) O2 dentro de rango normal. A esta fase se la llamó de hipoperfusión. La segunda fase, que aparece entre el primer y el tercer día post TEC, se caracteriza por presentar un aumento del FSC con TMCO2 todavía disminuida, y velocidades medias por Döppler aumentadas para la situación metabólica de los enfermos, se la denominó hiperemia. La tercera fase aparece entre los días cuarto y decimocuarto, caracterizada por el regreso de FSC y TMCO2 a valores normales, que se asume por recuperación de la autorregulación. En esta fase se la llamó de vasoespasmo, ya que presenta velocidades medias elevadas, con Índice de Lindegaard elevado.
Se encontraron también otros dos patrones evolutivos, uno caracterizado por hiperemia precoz o persistente,8 y otro donde se encuentra hipoperfusión persistente. Este trabajo nos explica que, si bien estas fases se suceden en un porcentaje alto de enfermos, también hay patrones diferentes, eso hace imposible asumir el estado de la hemodinamia cerebral, y por ende, se requiere un método de monitoreo de la misma, para poder elegir tratamientos acordes al estado fisiopatológico del enfermo.
Se ha observado que tanto episodios de desaturación como valores elevados de SyO2 se correlacionan con mal pronóstico y evolución.9-12
En situaciones de SyO2 bajas se asume hipoperfusión o isquemia. El estudio conducido por Vigué y col., detectó valores de SyO2 bajas pese a TAM, PPC y PIC dentro de rango de normalidad, poniendo en evidencia a aquellos pacientes en riesgo de desarrollar isquemia pese a tener otras variables estabilizadas. En este caso, es adecuado implementar una terapéutica dirigida a aumentar el FSC, por ejemplo la elevación de la TAM y la PPC, por medio de expansores plasmáticos o vasopresores. La administración de barbitúricos o la hiperventilación no son tratamientos adecuados, ya que ambos actúan por medio de la disminución del FSC, exacerbando la situación de isquemia. Es probable que este sea el escenario más frecuente en las primeras 24 hs de la mayoría de los pacientes con TEC grave. Gopinath y col. demostraron la asociación entre la desaturación yugular y el mal pronóstico en un estudio sobre 116 pacientes, el porcentaje de mala evolución fue de 90% en aquellos pacientes con múltiples episodios de desaturación, 74% en los que solo presentaron un episodio, comparado con 55% en los pacientes que no presentaron desaturación.9
Cruz y col. estudiaron la relación entre el valor de CEO en una etapa temprana (2-8 hs post TEC) y el resultado neurológico en 205 pacientes con TEC grave y edema cerebral difuso. Observaron que aquellos pacientes con CEO normal o elevada presentaban los mejores resultados neurológicos a largo plazo. El autor concluye que la capacidad del encéfalo de aumentar la extracción de oxígeno en una etapa temprana post TEC es un signo de viabilidad y de autorregulación conservadas.14
Cuando la SyO2 se encuentra dentro de valores normales, es importante su interpretación dentro del cuadro general del paciente. Otras variables dentro del rango de normalidad sugieren un estado de acople metabólico. Si se encuentra SyO2 normal asociada a otras variables alteradas se debe asumir en primera instancia un error del método, y continuar el estudio del enfermo para descartar posibles situaciones nocivas potencialmente tratables.
La SyO2 por encima de 70% plantea varios escenarios posibles. Este valor puede encontrarse en condiciones de FSC aumentado, aquí la hiperemia se le atribuye a un adecuado acoplamiento entre el FSC y el estado hipermetabólico del encéfalo, no acompañándose de hipertensión endocraneana, lo cual conlleva un buen pronóstico.11 En otro estudio donde se midieron FSC y PIC simultáneamente, se encontró que el grupo de pacientes con hipertensión endocraneana e hiperemia tuvieron el peor pronóstico.12 En este caso se asume un insulto inicial importante, con autorregulación presora y vasorreactividad a la PaCO2 severamente alteradas, y escasa respuesta a terapéuticas de supresión metabólica.
La SyO2 puede estar elevada en situaciones de TMCO2 baja, si esta alcanza un valor de 1.5 ml/100 gr/min o menor, se acompaña de mal pronóstico. La causa de dicho descenso puede ser explicada por una alteración en la capacidad del tejido encefálico para extraer el oxígeno, este escenario se da con mayor frecuencia cuando existe daño cerebral severo, con necrosis tisular, e incluso muerte cerebral, donde la SyO2 puede alcanzar valores del 100%; o bien por la coexistencia de regiones isquémicas y regiones hiperémicas más extensas.11 En este caso, son limitadas o nulas las opciones terapéuticas.
Para diferenciar entre ambas circunstancias debe medirse el FSC. En la práctica, se puede realizar una maniobra diagnóstica: realizando hiperventilación controlada, se reducirá el FSC, lo que llevará a la normalización de los valores de SyO2 en el caso de hiperemia real, mientras que no se observarán cambios en caso de disminución de la TMCO2.
En todos los casos, y previo a la implementación de cada terapéutica, deben descartarse problemas técnicos. Resulta de utilidad valorar la PaO2 y la concentración de hemoglobina, para descartar hipoxemia y anemia respectivamente. Para Thiagarajan y col., valores elevados de PaO2 se correlacionan con SyO2 mayores, por lo que las interpretaciones deben realizarse con valores de PaO2 comparables.15 Toda la información obtenida de la SyO2 debe correlacionarse con el valor de PIC, PPC y PaCO2, lo que permitirá una correcta interpretación de los resultados, un mejor entendimiento de la fisiopatología de la lesión y por ende, la posibilidad de aplicar la mejor terapéutica disponible.16
Cruz y col., sobre 353 pacientes con TEC grave, hipertensión endocraneana y edema cerebral difuso, demostró que el monitoreo y manejo de los valores del CEO en conjunto con los valores de PPC resultaban en un mejor status neurológico a largo plazo, en comparación con el tratamiento de PPC dirigido exclusivamente.17
La SyO2 y D (a-y) O2 pueden predecir isquemia post tratamiento, como describió Le Roux y col. en 32 pacientes con TEC grave. Ellos observaron que la persistencia de D (a-y) O2 elevada o su disminución en menos de 1 vol.% post tratamiento (cirugía o infusión de manitol), se correlacionaba de forma significativa con la aparición de isquemia tardía en tomografías computadas de control, y a su vez con una mala evolución.18 Este fenómeno se explicaría por la insuficiente reserva metabólica que tendrían estos pacientes. Este estudio observó además el desarrollo de isquemia pese a valores de PPC dentro de la normalidad, evidenciando que la PPC por si sola es insuficiente para el monitoreo y prevención de la aparición de isquemia.
Otra aplicación de la SyO2 es el estudio de la vasorreactividad a la PaCO2 y la autorregulación presora. En los pacientes con TEC grave, la autorregulación puede estar alterada, y esto cambia radicalmente la estrategia terapéutica.
Para estudiar la vasorreactividad a la PaCO2, se realizan mediciones basales y post hiperventilación de la D (a-y) O2, calculándose el porcentaje de variación de la misma. Asumiendo TMCO2 constante durante la maniobra, se considera que la D (a-y) O2 es inversamente proporcional al FSC. Si por el descenso de cada mmHg de PaCO2 se observa un cambio mayor al 1% del FSC, se asume vasorreactividad a la PaCO2 conservada.19
Para Gupta y col., los cambios de la vasorreactividad a la PaCO2 en pacientes con patología focal podrían detectarse a través de la PtiO2, sin encontrarse correlación en los valores de SyO2.20
En el caso de la autorregulación presora, se realizan mediciones basales y luego del aumento de la TAM en un 25%. Si la autorregulación se encuentra conservada, es esperable un cambio mínimo o nulo del FSC (se considera normal un cambio igual o menor al 20% del basal).19

Hemorragia subaracnoidea
La hemorragia subaracnoidea (HSA) es una entidad que puede tener distintos grados de gravedad, cuya tasa de complicaciones y pronóstico están ampliamente ligados a la envergadura del evento inicial.
En los pacientes con HSA de mal grado, la TMCO2 está reducida como consecuencia del daño isquémico por la falta de flujo luego de la ruptura aneurismática, o incluso también por el efecto tóxico directo que tiene la sangre en el espacio subaracnoideo.21 Dependiendo del grado de injuria, el FSC puede estar acoplado o no. Diversos estudios de SyO2 en HSA han encontrado valores dentro del rango de isquemia y también valores de hiperemia.
El vasoespasmo es una complicación potencialmente catastrófica de la HSA, pudiendo resultar en la aparición de áreas de isquemia con su consecuente déficit neurológico, lo que empeora el pronóstico de los enfermos que la padecen. Se realizaron numerosos intentos para encontrar un predictor de la aparición de vasoespasmo, con diversos métodos.
Heran y col. estudiaron la D (a-y) O2 en pacientes con HSA para evaluar si podría convertirse en una adecuada predictora de la aparición de vasoespasmo. Asumiendo que los cambios en el FSC debidos al mismo ocurren previos a la aparición de los síntomas, se espera que exista un cambio en la SyO2, D (a-y) O2 y CEO con antelación a la clínica, lo que permitiría implementar una terapéutica. En una cohorte de 14 pacientes, 4 desarrollaron vasoespasmo, y se observó que la D (a-y) O2 aumentó significativamente en una media de 26 hs previo a la aparición de los síntomas, para luego disminuir con la aplicación del tratamiento. En aquellos pacientes que no desarrollaron vasoespasmo, se observó una tendencia a la normalización de la D (a-y) O2, lo que se interpretó como el adecuado acoplamiento entre TMCO2 y FSC.

Accidente cerebrovascular
El accidente cerebrovascular (ACV) es una enfermedad frecuente, incapacitante y mortal en muchos casos. Se ha observado que la mayoría de los pacientes fallecen a causa de herniación transtentorial secundario a la gran ganancia de agua y consecuentemente el efecto de masa que se produce luego de un ACV hemisférico o de la arteria cerebral media (ACM) completo. En la gran mayoría de los casos, la herniación se produce con valores de PIC normales.
En una cohorte de 10 pacientes, se estudió la SyO2 y el FSC medido por técnica de doble dilución en pacientes con ACV primario. Se encontró que la SyO2 se mantuvo en valores de isquemia (menor a 50%) en solo dos casos, sugiriendo que los valores de corte empleados en pacientes con trauma de cráneo grave no pueden ser extrapolados a esta población de enfermos. Se observó también que aquellos pacientes que fueron canulados ipsilateralmente al hemisferio infartado tenían TMCO2 menores, que aquellos que fueron canulados contralateralmente, lo que expone las limitaciones de la SyO2 ante patología focal. Se observó que la TMCO2 fue ampliamente variable, por lo tanto no se puede asumir que cambios en la SyO2 reflejen cambien en el FSC (lo que sólo puede asumirse en condiciones de TMCO2 constante).
Los autores de este trabajo concluyen que la hemodinamia cerebral sólo puede ser interpretada cuando se mide el FSC directamente, y la TMCO2 puede ser calculada en base a este valor. No debería usarse la SyO2 como indicador del FSC en estos enfermos. 24
Meningitis
En pacientes con meningitis aguda bacteriana, la inflamación de las meninges genera liberación de diversos mediadores, entre ellos óxido nítrico y radicales libres de oxígeno, que tienen un efecto vasodilatador sobre la vasculatura cerebral. Este aumento de volumen sanguíneo cerebral conlleva un aumento de la PIC, y por otro lado, compromete la autorregulación presora.
En un estudio en 19 pacientes con meningitis, se observó que estos presentaban valores variables de FSC y TMCO2, con D (a-y) O2 baja.25

Hemorragia intracerebral
La hemorragia intracerebral (HIC) es una patología grave, que causa la muerte y gran morbilidad en aquellos que la padecen. El tratamiento a la fecha es exclusivamente de soporte. Se ha propuesto que la isquemia cerebral en el área perilesional es un factor contribuyente a la injuria secundaria, y por lo tanto, sería un potencial sitio de acción para aplicar diversas terapéuticas dirigidas a limitarla.
Con el objetivo de medir el FSC en el área perilesional, numerosos trabajos experimentales y en pacientes se llevaron a cabo, se observó que el FSC estaba disminuido en la fase aguda de la HIC, para normalizarse en la etapa subaguda.26 Más recientemente, Zazulia y col. demostraron que, si bien el FSC en el área perilesional se encuentra disminuido en la fase aguda de la HIC, la TMCO2 se encuentra incluso más disminuida, resultando en un coeficiente de extracción de oxígeno menor que en el hemisferio contralateral, lo cual sugiere que la autorregulación se encuentra preservada y descarta el riesgo de isquemia en esta área vulnerable del encéfalo en el curso de la HIC. 27
Todos los estudios fueron realizados con técnicas que permiten estudiar regionalmente el FSC (SPECT, PET, RMN), y no se han realizado trabajos que estudien el FSC o su acople a la TMCO2 por medio de SyO2. Esto se explica por la limitación de esta técnica en una patología que es en esencia focal.

CONCLUSIONES

La SyO2 puede utilizarse en diferentes patologías, su mayor utilidad impresiona ser en el trauma de cráneo grave. Es aquí donde se utiliza tanto para diagnóstico como para tratamiento. Se han propuesto protocolos de tratamiento según el valor de SyO2 en relación con otras variables. Se sabe que tanto los episodios de desaturación como la presencia de hiperemia en conjunto con hipertensión endocraneana se relacionan con un mal pronóstico para los enfermos, por lo tanto, conocer el valor de SyO2 en cada paciente durante la evolución de la enfermedad es imprescindible, el tratamiento de los valores anormales podrían reflejarse en un mejor resultado neurológico a largo plazo.
A pesar de esto, y debido a que la mayoría de los estudios sobre SyO2 fueron hechos en pocos pacientes, o presentan diferencias en la confección de los mismos (usando diferentes valores de corte para las variables estudiadas, métodos de referencia alternativos, etc.); es recomendación Clase III utilizar el valor de SyO2 de 50% como umbral de tratamiento en pacientes con trauma de cráneo grave.28
El monitoreo de la SyO2 en pacientes con HSA no tiene una indicación precisa. Es útil para conocer el estado de acople metabólico en pacientes de mal grado, aunque no se demostró que su uso modifique el pronóstico. Es prometedor su uso como predictora del vasoespasmo, y serán necesarios más estudios con un mayor número de pacientes para confirmar los hallazgos de Heran y col.
No hay estudios a la fecha que demuestren la utilidad de monitorizar la SyO2 en pacientes con meningitis bacteriana aguda.
Siendo grandes sus limitaciones en las patologías focales, poco se ha desarrollado este método en la HIC o el ACV isquémico. En ambos casos, es heterogénea la regulación del FSC y de la TMCO2, lo que imposibilita la correcta interpretación de la SyO2.
La lesión neurológica aguda entraña grandes desafíos para el médico intensivista. La fisiopatología es en parte compartida por las patologías más frecuentes, aunque cada una posee características específicas, también se observan diferencias según el tiempo evolutivo de la enfermedad. Es mucho el conocimiento adquirido a la actualidad, pero también son muchas las incertidumbres, prueba de ello es que el tratamiento de todas las enfermedades, con escasas excepciones, no ha cambiado en las últimas décadas, y es principalmente de sostén.
Para intentar conocer mejor las características de la lesión en cada enfermo, el neuromonitoreo debe ser realizado con las múltiples herramientas de las que se disponen hoy en día, cada una de ellas aportará información acerca de diferentes variables.
La SyO2 es una herramienta de neuromonitoreo aplicable en la cama del enfermo, con escasos efectos adversos y de bajo costo. Tiene varias limitaciones y debe ser siempre juzgada en el contexto del estado clínico del enfermo, y relacionado con las otras variables involucradas. En este punto no se diferencia de otros métodos de neuromonitoreo, cada uno tiene sus beneficios y limitaciones, es importante siempre utilizarlos conociendo ambas características.
La información aportada por la SyO2 y otros valores derivados de esta (CEO, D (a-y) O2, etc.) es única en su tipo, ya que relaciona el consumo de oxígeno del tejido encefálico con el flujo sanguíneo. Nos muestra el estado de acople metabólico y si la autorregulación está indemne o alterada.
Es extremadamente útil para aplicar terapéuticas según la fisiopatología de la lesión, en este punto se diferencia de muchas otras herramientas de neuromonitoreo. En situaciones de hipertensión endocraneana, es diferente el tratamiento si se trata de una situación de isquemia o si se establece que existe aumento de la PIC por aumento del volumen sanguíneo cerebral. La aplicación de una única estrategia terapéutica en base al monitoreo de una única variable resultará deletéreo para el paciente.


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COMENTARIOS
En este interesante artículo los autores presentan evidencias en la utilidad de la saturación yugular de oxigeno como método de neuromonitoreo, surgidas del análisis bibliográfico de los artículos publicados en el periodo comprendido entre Enero de 1992 y Septiembre de 2012.
Se describen los aspectos técnicos del monitoreo de la saturación yugular de oxigeno (SyO2), y su importancia como marcador de la relación entre la tasa de del metabolismo cerebral de oxigeno (TMCO2) y el flujo sanguíneo cerebral (FSC). Establecen un pormenorizado análisis de sus aplicaciones clínicas en los traumatismos encefalocraneanos, hemorragia subaracnoidea, accidentes cerebrovasculares y meningitis, describiendo las evidencias encontradas y las recomendaciones de su utilización fundamentalmente en la patología traumática craneana grave con lesiones secundarias difusas tanto en su valoración diagnóstica como para la orientación o direccionamiento del tratamiento.
Los pacientes neurocríticos, y en especial los que presentan TEC grave, son susceptibles de presentar un gran número de lesiones secundarias que pueden ensombrecer su pronóstico. El común denominador suele ser el establecimiento o potenciación de lesiones isquémicas, lo que justifica el monitoreo multimodal en estos pacientes siendo la valoración de la SyO2 un método fácil de valorarlo en las unidades de cuidados intensivos.
Si bien en la actualidad la presión intracraneana (PIC) es el único parámetro encefálico que se monitoriza en forma rutinaria y obligatoria, en los TEC graves existen cada vez mayores evidencias que es necesario complementar el neuromonitoreo con otras variables que aporten información sobre el metabolismo y el flujo sanguíneo cerebral.
La saturación yugular de oxigeno constituye el parámetro más simple y más utilizado en la práctica clínica para valorar la idoneidad entre el aporte y el consumo cerebral de oxígeno. Si bien su monitoreo por si solo no influye en el pronóstico de los pacientes, así como tampoco lo hace la valoración de otras variables aisladas, como el monitoreo de la PIC, es importante su uso combinado con otros métodos como el dopppler transcraneal o la determinación de otros parámetros metabólicos mediante los cuales orientar las medidas terapéuticas para el control de los pacientes neurocríticos.
Félix Antonio Barbone

Esta es una muy interesante revisión de la utilidad del monitoreo de la Saturación Yugular de Oxígeno (SYO2). Es una técnica mínimamente invasiva, descripta ya desde hace varios años, que no ha logrado establecerse en forma categórica como método de monitoreo para la mayoría de los pacientes neurocríticos. Uno de los motivos de esto, probablemente sea que la mayoría de la patología neurocrítica es de naturaleza focal y por lo tanto la medición global de la SYO2 puede no representar los cambios metabólicos que suceden en el área de la lesión encefálica.
Es importante también recordar que la SYO2 es en realidad una estimación indirecta de lo que en realidad nos gustaría conocer: flujo sanguíneo y metabolismo cerebral y por lo tanto, en caso de medirla, tal vez sea importante darle más significancia a las tendencias que a valores aislados de SYO2.
Una última consideración es el riesgo potencial de causar trombosis oclusiva o sub-oclusiva de la vena yugular interna canulada, por lo que el tiempo de canulación debería minimizarse en lo posible y si ocurre empeoramiento tardío de la presión inrtracraneana, considerar a la obstrucción del drenaje venoso como causa posible dentro de los diagnósticos diferenciales.
Este artículo presenta en forma objetiva la evidencia actual, y sirve como artículo de consulta de este tema considerado a veces un tanto controversial.

Fernando D. Goldenberg

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