Título
Autor
Fecha
Lugar de Realización
División Otorrinolaringología, Hospital de Clínicas “José de San Martín”, Universidad de Buenos Aires.
Instituto de Fisiopatología y Bioquímica Clínica (INFIBIOC). Facultad de Farmacia y Bioquímica, Universidad de Buenos Aires.
Correspondencia
ezequielyasuda@gmail.com
Texto
ARTÍCULO ORIGINAL
1er Premio Beca AANC, 46º Congreso Argentino de Neurocirugía
Ezequiel Yasuda1, Santiago González Abbati1, Rodolfo Recalde1, Fernando Ane2, Pablo Bresciani3, María Laura Facio3
1Sección base de cráneo, División Neurocirugía, Hospital de Clínicas “José de San Martín”, Universidad de Buenos Aires.
2División Otorrinolaringología, Hospital de Clínicas “José de San Martín”, Universidad de Buenos Aires.
3Instituto de Fisiopatología y Bioquímica Clínica (INFIBIOC). Facultad de Farmacia y Bioquímica, Universidad de Buenos Aires.
RESUMEN
Objetivo: Describir el uso de la proteína Beta Trace (PBT) como marcador de líquido cefalorraquídeo (LCR) en una serie de casos de pacientes con sospecha de fístula de LCR (FLCR).
Materiales y Métodos: Se realizó un estudio retrospectivo con datos recolectados en forma prospectiva, observacional y descriptiva. Se revisaron las historias clínicas, estudio por imágenes y datos de laboratorio de una serie de 19 pacientes con sospecha de FLCR en los cuales se había realizado la detección de la PBT mediante electroforesis bidimensional, entre julio 2015-julio 2018.
Resultado: La edad promedio fue de 48,1 años, 9 fueron hombres y 10 mujeres, 10 pacientes provenían de neurocirugía, 7 de otorrinolaringología (ORL), y 2 de traumatología (OyT).
De las 19 muestras, 14 fueron positivas para la detección de PBT. Cinco casos (26.32%) presentaron antecedente de meningitis, todos ellos con PBT positivo. De los casos positivos, 14 fueron tratados, 3 sin cirugía y 11 con cirugía. La principal causa fue post quirúrgica (n=9). El seguimiento promedio fue de 13,79 meses, 13 casos tuvieron resultado “favorable” y uno “desfavorable”. Los 5 casos con PBT negativa fueron tratados con medidas no quirúrgicas. Todos con resultado “favorable”.
Conclusión: La PBT permitió, en los casos positivos, detectar LCR en las secreciones estudiadas, y en los negativos, descartarla.
Palabras clave: Base de Cráneo; Beta Trace; Cirugía Espinal; Fístula de Líquido Cefalorraquídeo; Rinorraquia
ABSTRACT
Objective: To describe the use of beta-trace protein (BTP) as a cerebrospinal fluid (CSF) marker in patients with suspected CSF leakage.
Methods and Materials: A retrospective study was conducted using data previously collected for a prospective, observational study. Data included the case records, imaging studies and laboratory data from a series of 19 patients with suspected CSF leakage in whom two-dimensional electrophoresis was performed for BTP detection, between July 2015 and July 2018.
Results: Average patient age was 48.1 years old, with nine males and ten females. Ten patients were from neurosurgery, seven from otorhinolaryngology (ENT), and two from traumatology. Of the 19 samples, 14 were positive for BTP. Nine of the patients (47.4%) sustained their CSF leakage during surgery. Five patients (26.3%) had a history of meningitis, all with positive BTP. All 14 BTP-positive cases were treated, three without and 11 with surgery. Average post-operative follow-up was 13.8 months, with 13 patients experiencing a “favorable” and one “unfavorable” outcome. All five patients who screened negative for BTP were treated non-surgically and had a favorable outcome.
Conclusions: In patients in whom BTP was identified, the marker was useful for detecting CSF in the secretions studied. Amongst those who screened negative for BTP, its absence helped to rule out the presence of a CSF leak.
Key words: Skull Base; Beta Trace; Spinal Surgery; Cerebrospinal Fluid Fistula; Rincorquia
Ezequiel Yasuda
ezequielyasuda@gmail.com
INTRODUCCIÓN
La fístula de líquido cefalorraquídeo (FLCR) es la salida de líquido cefalorraquídeo (LCR) por fuera del espacio subaracnoideo por una comunicación anómala entre dicho espacio y otra área de menor presión, generalmente el tracto respiratorio superior o la piel5. Esta comunicación permite la entrada de bacterias hacia el compartimiento subaracnoideo, generando un ambiente favorable para el desarrollo de meningitis, la principal causa de morbimortalidad relacionada con las FLCR10.
Dependiendo del sitio del defecto meníngeo, las FLCR pueden estar asociadas a rinorrea, otorrea o secreción por la herida quirúrgica. La contaminación con otras secreciones tales como mucus, lágrimas o exudado inflamatorio pueden dificultar la interpretación de la naturaleza del líquido de la fístula. Teniendo en cuenta este obstáculo diagnóstico, la posibilidad de determinar mediante un estudio de laboratorio la existencia de LCR en una secreción constituiría una herramienta muy útil. Los marcadores biológicos de LCR clásicos como la glucosa oxidasa y la Beta 2 transferrina (B2TF) tienen limitaciones, como la baja sensibilidad y especificidad en la primera o la dificultad del procesamiento de las muestras contaminadas con suero en la segunda7,9,14,15.
La proteína β-trace (PBT) fue introducida por Felgenhauer como marcador de LCR porque su concentración normal es 35 veces mayor que en el suero y, además, está ausente en lágrimas y en secreciones nasales7.
El objetivo de este trabajo fue describir el uso de la proteína Beta Trace (PBT) como marcador de LCR en una serie de casos de pacientes con sospecha de FLCR.
Materiales y Métodos
Se realizó un estudio prospectivo, observacional y descriptivo en el período comprendido entre julio 2015-julio 2018. Se incluyeron pacientes mayores de 18 años, con sospecha clínica de FLCR, con un seguimiento mayor a 2 meses. Se analizó el tiempo desde el inicio de la secreción hasta la realización del estudio, antecedentes de relevancia, la causa asociada, la presencia de meningitis previa, antecedentes quirúrgicos, y tratamiento instaurado.
Un total de 19 pacientes cumplieron los requisitos de inclusión. La edad promedio fue de 48,1 años (rango de 21 a 76 años), 9 fueron hombres y 10 mujeres, 10 pacientes provenían de neurocirugía, 7 de otorrinolaringología (ORL), y 2 de traumatología (OyT).
Se objetivó el resultado luego de dicho tratamiento definiendo como “favorable” a aquellos pacientes que no presentaron ni meningitis ni secreción, y “desfavorable” a aquellos que presentaron alguno de los mencionados eventos.
Muestras
Se analizaron 19 muestras, 14 muestras fueron nasales remitidas en tubo seco (73,68%), una de oído remitida en tubo seco (5,26%), dos de piel remitidas a través de gasas húmedas (10,53%) y dos de drenajes de sitio quirúrgico obtenido durante una reintervención (10,53%).
Procesamiento de las muestras
Las muestras se sedimentaron por centrifugación a 300G. Luego se sembraron entre 10 a 20 microlitros del sobrenadante en acetato de celulosa.
Electroforesis
Las muestras se evaluaron a través de la técnica de electroforesis bidimensional de uso clínico (2D UC)6,17. Se realizó un primer fraccionamiento de las proteínas por carga, mediante un proteinograma en acetato de celulosa gelatinizado (Cellogel-Biosystem), con buffer veronal pH 8.6; Fi 0,05 (Helena) a 200 voltios en corriente continua durante 30 minutos. Luego se sometió a un fraccionamiento por tamiz molecular mediante el equipo Mini protean 3 System (Bio-Rad USA), utilizando un gel de poliacrilamida en condiciones desnaturalizantes con dodecil sulfato de sodio (SDS-PAGE) al 12,5%. Luego se realizó la electroforesis vertical durante 45 min a 200 voltios en buffer tris glicina con SDS. Finalizado el procedimiento se realizó coloración argéntica.
La proteína PBT se identificó por única vez por Espectrometría de masa en LCR. El resultado de la determinación en la electroforesis por 2D UC indica presencia o ausencia de la proteína en las “coordenadas” Beta 1 (primera dimensión) y 29 kDa (segunda dimensión) (fig. 1).
Figura 1: A) Electroforesis bidimencional de LCR. Palb: pre albúmina. PBT: proteína Beta Trace. Hb: hemoglobina. B) Electroforesis bidimensional de rinorraquia. Nótese el parecido del patrón proteico con el LCR con la presencia de la PBT. Palb: prealbúmina. PBT: proteína Beta Trace.
RESULTADOS (TABLA 1)
El seguimiento promedio fue de 16,79 meses (rango 2-37). De los 19 casos 5 (26,32%) presentaron antecedente de meningitis, de los cuales todos presentaron PBT positiva.
Del total de casos, 14 presentaron PBT positiva, siendo la causa principal postquirúrgica (n=9) con un tiempo promedio de aparición de 10,33 días pop (rango 2-24 días). De los casos positivos, 14 fueron tratados, 3 sin cirugía y 11 con cirugía. Del último grupo, en 9 pacientes se realizó una nueva exploración con cierre de fístula, en uno de ellos, se decidió, además, colocar un drenaje lumbar externo (DLE). Los restantes 2 casos sólo se colocó un DLE. En el 100% de los casos donde se evidenció la FLCR durante la cirugía, la PBT había sido positiva. De los 3 casos tratados sin cirugía, 1 caso se resolvió con punciones lumbares evacuadoras, otro mejoró con el tratamiento con cabergolina (prolactinoma) y el tercero mejoró con un vendaje compresivo, resolviéndose en todos los casos la fístula en forma exitosa. Trece casos tuvieron resultado “favorable” y uno “desfavorable” (actualmente en control por recidiva de rinorrea) con un seguimiento promedio fue de 13,79 meses (rango 2-37 meses).
De los 5 casos con PBT negativa ninguno fue intervenido quirúrgicamente, en 4 se realizó un seguimiento con controles periódicos y 1 con tratamiento antibiótico. Todos presentaron un resultado “favorable”. Ninguno presentó meningitis ni cefalea durante el periodo de seguimiento. El promedio de seguimiento fue de 25,2 meses (rango 3-36 meses).
Tabla 1: Resultados. H: hombre. M: mujer. Pop: post-operatorio. ATB: antibiótico. DLE: drenaje lumbar externo
DISCUSIÓN
Las FLCR pueden ser clasificadas en traumáticas, post-quirúrgicas o espontáneas. La causa más frecuente es la traumática. Sin embargo, en nuestra serie de casos, debido a que nuestra institución no es un centro de derivación de pacientes con traumatismo encéfalocraneano y, sumado a la cantidad de casos de patología de base de cráneo tratada, predominó la causa post-quirúrgica.
Dado que la presentación clínica de las FLCR generalmente es oligosintomática, con un inicio muchas veces tardío y solapado y, sumado al riesgo de complicaciones potencialmente graves, es que torna prioritario el correcto y precoz diagnóstico. Para ello es importante la utilización de un marcador que pueda detectar la presencia de LCR en diferentes secreciones.
Uno de los primeros marcadores que surgió fue la Glucosa oxidasa. Es un método fácil de usar, rápido, barato y disponible en todos los centros de salud. Sin embargo, Steedman en 198716 desestimó su uso como screening en FLCR traumáticas y luego Chan y col. en 20043 demostraron que presenta una baja sensibilidad y especificidad al compararlo con la B2TF. Además presenta falsos positivos en pacientes que se encuentran cursando un cuadro de vía aérea superior o hiperglucemia y falsos negativos en aquellos casos en los cuales la glucorraquia es baja como en las meningitis o hemorragias subaracnoideas2.
Otro marcador que se utiliza es la B2TF. Esta variante de la transferrina se encuentra específicamente en LCR, perilinfa y humor acuoso del ojo y es producida por la actividad de la enzima neuraminidasa presente en el cerebro. Risch y col. demostraron una sensibilidad del 84% y una especificidad del 100% para el diagnóstico de FLCR15. En casos de muestras contaminadas, en especial con suero, el método se torna menos específico y más dificultoso de obtener, requieriendo además la comparación con la relación asilo/sialo en el suero4,11,12,13. Otra desventaja es que la B2TF puede verse aumentada en pacientes con alteración hepática19. La B2TF se detecta mediante la utilización de electroforesis con inmuno-marcación. Es, por lo tanto, una técnica cara, que puede llegar a demorar 8 hs, requiere de un laboratorio con profesionales especializados, muchas veces se debe comparar con una muestra de sangre venosa y, por último, no se encuentra ampliamente disponible4,11-13,19.
En las últimas décadas tomó importancia la PBT, ya que presenta una concentración 35 veces mayor en el LCR en comparación con la del suero, siendo la más alta entre todas las proteínas presentes en el LCR. Además, está ausente en lágrimas y secreciones nasales y se sintetiza principalmente en las leptomeninges7. Bachmann en 2000 describió una sensibilidad del 91,17% y una especificidad del 100% mediante el uso de inmunoelectroforesis, una técnica similar a la utilizada en nuestro laboratorio1. Su desventaja es que aumenta su concentración en pacientes con alteración en la función renal y disminuye durante una meningitis7. En nuestra serie de casos, sin embargo, se detectó la PBT en todos los pacientes con antecedente de meningitis en curso o ya tratada. Se trata de una proteína estable, por lo cual la muestra puede ser recolectada durante algunos días en el domicilio del paciente, en casos de ser una fístula intermitente, para luego ser remitida al laboratorio1. Por último, debido a que utilizamos la electroforesis bidimensional, la cual no sólo evidencia la presencia de la PBT, sino que, además, permite ver el patrón proteico de la muestra, ello aumenta la especificidad del estudio. Asimismo, mediante nefelometría se puede medir de forma simple, barata y veloz la concentración de PBT, pero dicha técnica no se encuentra disponible en nuestro país.
Respecto a las FLCR espinales, según una serie de 641 casos de descompresión lumbar presentados por Wang y col. se evidenció que la durotomía incidental fue la complicación más frecuente (14% de los casos)18. En la gran mayoría de casos se puede resolver intraoperatoriamente con el cierre dural primario. Sin embargo, si no son diagnosticadas y tratadas a tiempo, pueden provocar una FLCR cutánea con complicaciones graves como meningitis, síndrome de hipotensión de LCR o pseudomeningocele con posibilidad de afectación radicular. El diagnóstico de las FLCR espinales se torna muchas veces dificultoso ya que se debe diferenciar de seromas e infecciones que cursan con un cuadro similar8. En nuestra serie, se logró diagnosticar dos casos de FLCR espinales, una por medio de una gasa embebida por la secreción de la herida y otra de una muestra del drenaje de la lodge quirúrgica. Lo novedoso de este último caso, es que no existe ningún reporte de caso en la bibliografía de diagnóstico de FLCR a través del análisis del débito de un drenaje de herida quirúrgica, constituyendo un diagnóstico precoz.
CONCLUSIÓN
La PTB permitió, en todos los casos positivos, detectar LCR en las secreciones estudiadas y en los negativos, descartarla.
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