Reflexiones Sobre Educación Médica: El Neurocirujano del Futuro, Médico o Perito?

Título

Reflexiones Sobre Educación Médica: El Neurocirujano del Futuro, Médico o Perito?

Autor

I. Malach

Fecha

Septiembre 1995

Lugar de Realización

Servicio de Neurocirugía, Policlínico del Ministerio de Economía, Hacienda y Obras y Servicios Públicos, Buenos Aires.

Texto

Revista Argentina de Neurocirugía 9: 158, 1995

Reflexiones Sobre Educación Médica: El Neurocirujano del Futuro, Médico o Perito?

I.
Malach

Servicio de Neurocirugía, Policlínico del Ministerio de Economía, Hacienda y Obras y Servicios Públicos, Buenos Aires.


Correspondencia: Gallo 1645, 8° piso 33, 1425, Buenos Aires


ABSTRACT
The pwpose of education is to develop in each person as much perfection as possible, This may be obtained by the practice and traíning of rational thinking. The physician must learn to value, use, discriminate and dismiss information and must acquire his own judgment in order to be enabled to produce new information. The fragmentation in scientific work, result of the quick development of technology, generates superspecialists who are more skillful performers than creating beings. Should the neurosurgeon know how to educate himself taking distance from things far from his discipline and far from the problems of his speciality? Should we capacitate general neurosurgeons and specialists in superspecialities?

Key words: psychological and moral process, rational thinking, work fragmentation, general and specialist training.

Palabras clave: proceso psicológico y moral, pensar racional, fragmentación del trabajo, formación generalizada o especializada.

La educación busca como fin que el hombre obtenga su perfección, por el cultivo y desarrollo de sus capacidades1, 2. Tiende a la formación de hombres libres que por la vía de la inteligencia y la acción creadora, desarrollen sus capacidades preconformadas por la naturaleza para el logro de su destino1, 2.
Dijo Kant: "E1 objetivo de la educación es desarrollar en cada individuo toda la perfección de que es susceptible2.
Nadie puede hacer de un hombre lo que quiere, sino lo que la naturaleza le consiente. Por eso es cierto el adagio español que dice: Lo que natura no da no lo presta Salamanca1.
El proceso educativo es esencialmente un proceso psicológico y moral. Psicológico porque tiende a la formación de hábitos precedidos por la exigencia de la razón y con indudable intención
moral. De no existir ésta, el sujeto se pervierte1.
Con la educación el hombre adquiere no sólo conocimientos y habilidades concretas, sino posibilidades de hacer adquisiciones nuevas por sí mismo. E1 aprendizaje es el resultado de la propia actividad del individuo. Por eso el desarrollo del mismo está ligado a su capacidad de aprender y a las habilidades que domina. Estos se adquieren por la práctica del pensamiento, por el entrenamiento en el pensar racional, en elaborar los conocimientos y contrastar juicios con lo que efectivamente sucede 1, 2, 4
La educación abarca el desarrollo humano integral, la instrucción se limita al entrenamiento técnico y artístico2.
El médico debe adquirir la capacidad de utilizar, valorar, discriminar y desechar la información, debe adquirir criterio propio que le brinde la capacidad de producir información nueva3.
La organización actual y pretérita de la Universidad proporciona un medio científíco muy empobrecido, dejando a los profesionales sin instrumentos adecuados para enfrentar los cambios tecnológicos.
El mundo moderno requiere de individuos altamente capacitados técnicamente. En medicina, el rápido crecimiento tecnológico exige una constante adquisición de nuevos conocimientos y la capacitación para la aplicación de las nuevas técnicas.
Nacen así los expertos, concepción ligada a la fragmentación del trabajo científico en la que un individuo se vuelve práctico y experimentado, con el tiempo es un perito.
En contrapartida, el experto especializado tempranamente en el conocimiento científico específico, al recibir el saber constituido con una visión limitada de la formación, tiende más a los resultados de su propio conocimiento que a la manera de producirlos. El experto es convertido en un ejecutante hábil más que en un ser creador capaz de enfrentar y resolver situaciones nuevas2, 4.
Un auténtico conocimiento exige una conexión con otros conocimientos de tipo general y no el simple registro de asociaciones de palabras2.
La medicina no es cuestión de adoctrinamiento, sino de práctica, de actividad propia2,
La complejidad del desarrollo científico planteala disyuntiva entre una preparación general o una formación especializada. La gran profusión de conocimientos hace casi imposible conocer todos los aspectos de una disciplina y mucho menos hacer contribuciones a ella.
La pregunta entonces que debemos formularnos es: ¿debemos formar un tipo de profesional que se especialice tempranamente en un campo limitado del conocimiento, alejándolo rápidamente en su formación del hombre renacentista que sabía de todos los campos?.
¿Será bueno formar neurocirujanos ignorantes, no sólo en cuestiones alejadas de su disciplina, sino incluso en problemas próximos a su especialidad?, No provocamos que estos super especialistas luchen luego a brazo partido para legitimar su parcela de conocimientos induciendo a la adopción de conductas antiéticas?2. 3, 4.
La educación debe propender al desarrollo del individuo en todos los aspectos humanos1. Es esencial cambiar la forma de la enseñanza de manera que se corresponda con las necesidades del presente y el futuro.
Resulta obvio que cualquier cambio en el sistema educativo tiene que prestar especial atención a los docentes quienes deben crear las condiciones favorables para que el profesional aprenda y se desarrolle, comprenda su destino y el puesto que ocupa en la sociedad2, 3.

Bibliografía.
1. Delval J: Los fines de la Educación. 2da. Edición, Editorial Siglo Veintiuno, Buenos Aires, 1991.

2. González Alvarez A: Filosofia de la Educación. Editorial Troquel, Buenos Aires, 1963.

3. Ikeda P, Wilson B: Los valores humanos en un mundo cambiante. Editorial Emecé. Buenos Aires, 1993.

4. Veatch HB: Antiética del ser racional. 3a. edición, Nueva Colección Labor, Buenos Aires, 1972.

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