Vía Parabraquioamigdalina e Hipotalámica

Título

Vía Parabraquioamigdalina e Hipotalámica

Autor

G. Larrarte
C. Yampolsky
A. Carrizo

Fecha

Marzo 1997

Lugar de Realización

Hospital "Santa Lucía". Servicio de Neurocirugía

Texto

Revista Argentina de Neurocirugía 11: 17, 1997

Artículo original

Vía Parabraquioamigdalina e Hipotalámica


G. Larrarte, C. Yampolsky y A. Carrizo

Hospital "Santa Lucía". Servicio de Neurocirugía

Correspondencia: San Juan 2244, 42 A (1232) Buenos Aires
RESUMEN
Los autores actualizan los aspectos anatómicos de las vías de la sensibilidad dolorosa señalando la importancia del haz espinotalámico por sus características discriminativas y destacando el rol que las vías espino-parabraquio-amigdalina y espino-parabraquio-hipotalámica cumplirían en la repercusión que tiene el dolor sobre las conductas y emociones.

Palabras clave: amígdala, anatomía, dolor, hipotálamo.

SUMMARY
The authors actualíze the anatomy of pain pathways, pointing out the importance of spino-thalamic fascicle and the value that spino-parabrachial-amygdaline and spino-parabrachial-hypotalamic routes may have in the influence of pain on behavoir and emotions.

Key words: anatomy, amigdaline nucleus, hypothalamus, pain.

Las sensaciones dolorosas dependen de la activación de un circuito ascendente (medular, sustancia gris periacueductal, tálamo, corteza parietal). Aunque la información sobre estas vías, está bien documentada, no se pueden explicar los trastornos tímicos y neurovegetativos que presentan los síndromes dolorosos. En los últimos años se han descubierto las vías espino parabraquio amigdalina y espino parabraquio hipotalámica2 (Fig. 1). Estos haces presentan dos características interesantes. La primera, anatómica, rompe con el patrón anteriormente descripto, y la segunda, fisiológica, incorpora a la conducta y las emociones como elemento integrativo e inseparable del dolor.
El advenimiento de nuevas técnicas histoquímicas no solo permitió una mejor visualización de las vías aferentes clásicas del dolor (orlgen y terminación), sino que además reveló nuevos tractos que participan en suintegración10.
El haz espinotalámico ha sido el más estudiado, especialmente, por sus características discriminativas. El rol de otras vías ascendentes, tales como el tracto cérvico espinotalámico, fibras postsinápticas del cordón posterior y espinoreticulotalámico, son pobremente comprendidos. Estudios recientes dan evidencia de nuevas vías del dolor, tales como la vía espino parabraquio-amigdalina y espino-parabraquio-hipotalámico5.
Si bien existen publicaciones3,10 que describen la relación entre el área parabraquial y la lámina I, fue J. Bernard1 quien describió estas vías en 1995.
El área parabraquial es un grupo de células que rodea el brachium conjunctivum a nivel protuberancial finalizando en el tegmentun mesencefálico2.


Fig. 1. Diagrama de la vía espino-parabraguio-amigdatina e hipotalámica. Ll= lámina I; pBi= área parabraquial pontina lateral; mPB 1= área parabraquial mesencefálica lateral; Rch= área retroquiasmática hipotalámica; VMH= núcleo ventromedial hipotalámico; BSTL= división lateral del "bed nucleus" de la estría terminalis; CeLC= subdivisión capsular lateral de la porción central del núcleo amigdalino; Cel= subdivisión lateral de la porción central del núcleo amigdalino.

La vía espino-parabraquio-amigdalina presenta su primera neurona a nivel de la lámina I del asta posterior medular, la cual se integra con el núcleo del tracto solitario. La segunda neurona se encuentra a nivel de la porción lateral y externa del área parabraquial pontina, finalizando principalmente en el núcleo amigdalino y secundariamente en el área de transición entre la sustancia innominada dorsal y el globus palidus ventral7.
La integración con el núcleo solitario permite que el núcleo parabraquialis reciba estímulos nociceptivos viscerales11.
Esta vía se caracteriza por estar formada por una gran proporción de neuronas que sólo responden a estímulos nociceptivos y/o térmicos, mientras que otro tipo de estímulos (somáticos, gustativos) son ineficaces. Además, estas neuronas representan a grandes campos de recepción cutánea activados por la aplicación de un estímulo (44-52°C) en un punto determinado del cuerpo, produciendo la activación de las fibras A delta y/o C2.
El haz espino-parabraquio-hipotalámico tiene como primera neurona la lámina I del asta posterior medular, como segunda neurona el área parabraquialis mesencefálica finalizando en el núcleo ventromedial hipotalámico y en el área retroquiasmática6. El 50% de las neuronas que constituyen esta vía son activadas por estímulos nociceptivos de baja velocidad de conducción (0,2-1,4 m/s), a través de fibras no mielinizadas. El 44% no responden a ningún tipo de estímulo. Esta vía, no debe confundirse con el haz espino hipotalámico, descripto por Wallenberg9 en 1928.
El área parabraquialis protuberancial se relaciona de manera estrecha con el sistema nervioso autónomo: regulación cardiovascular, modulación respiratoria, emoción, memoria y conducta, mientras que la porción mesencefálica, se relaciona con el apetito, termogénesis, conductas afectivas y de defensa y secreción neuroendócrina4.

CONCLUSIÓN
Estas nuevas vías ..aportan una interesante información sobre la fisiopatología del dolor. Es de señalar la independencia de la lámina I y la importancia de la región parabraquialis protuberancial y mesencefálica. Especialmente el sector pontino el cual figura aisladamente en las descripciones anatómicas. Además, jerarquiza a la amígdala y al hipotálamo como estructuras implicadas en los aspectos autonómicos y emocionales del dolor.
Esta nueva información haría pensar que la nocicepción no depende de un sistema único de vías (espinotalámicas).
Si bien no se pueden hacer consideraciones en el plano terapéutico, es bien sabido que los pacientes que presentan trastornos tímicos se excluyen de los protocolos del tratamiento quirúrgico del dolor, por ejemplo, estimulación cortical8. Esta región sería un blanco interesante de elección, en los pacientes que presentan un síndrome doloroso asociado a trastornos del carácter. Futuros estudios anatómicos y neurofisiológicos permitirán demostrar esta hipótesis.

Bibliografía
1. L Bernard J, Dallel R, Raboisson P, Villanueva: Organization of the efferent projections from the spinal cervical enlargement to the parabrachial area and periaqueductal grey: a PHA-L study in the rat. J Comp Neurol 353: 480-505, 1995.

2. Bernard J, Huang G, Besson J: The Parabrachial area: electrophysiological evidence for an involvement in visceral nociceptive processes. J Neurophysiol 71: 1640-60, 1994.

3. Cecheto D, Standaert D, Saper C: Spinal and trigeminal dorsal horn projections to the parabrachial nucleus in the rat. J Comp Neurol 240: 15360, 1985.

4. Chanberlin NL, Saper CB: Topographic organization of cardiovascular responses to electrical and glutamate microstimulation of parabrachial nucleus in the rat. J Comp Neurol 326: 245-62, 1992.

5. Feil F, Herbert H: Topographic organization of spinal and trigeminal somatosensory pathways to the rat parabrachial and Kiilliker-Fuse nuclei. J Comp Neurol 353: 506-28, 1995.

6. Kitumara T, Yamada J, Sato H: Cells of origin of the spinoparabrachial fibers in the rat. A study with fast blue and WGA-HRP J Comp Neurol 328: 44961, 1993.

7. Panneton WM, Johnson SN, Christensen ND: Trigeminal projections to the peribrachial region in the musrat. Neuroscience 58: 605-25, 1994.

8. Tsubokawa T, Katayama Y, Yamamoto T: Chronic motor cortex stimulation in patients with thalamic pain. J Neurosurg 78: 393-401, 1993.

9. Wallemberg A: Anatomie, Physiologie und Pathologie des sensinblen Systems. Deutsch Zeitsch Nervenh 101: 111-55, 1928.

10. Wiberg M, Blomqvist A: The spinomesencephalic tract in the cat: its cells of origin and termination pattern as demonstrated by the intraaxonal transport method. Brain Res 291: 1-18, 1984.

11. Yuang CS, Barber WD: Parabrachial nucleus: neural evoked responses to gastric vagal and greater splacnic nerve stimulation. Brain Res Bull 27: 797p-803, 1991.

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