Consentimiento Médico Informado Escrito en Neurocirugía

Título

Consentimiento Médico Informado Escrito en Neurocirugía

Autor

J. L. Gardellal
F. Vítolo
M. Pomsztein
E. Lamas

Fecha

Junio 2001

Lugar de Realización

Hospital J.A. Fernández, División Neurocirugía, Bs.As. y Sanatorio O.S.P.G., Bs.As.
Sanatorio Quintar, S.S. Jujuy

Texto

Revista Argentina de Neurocirugía 14: 53, 2000

Misceláneas


Consentimiento Médico Informado Escrito en Neurocirugía

J. L. Gardellal1,2, F. Vítolo1, M. Pomsztein1, E. Lamas2

1Hospital J.A. Fernández, División Neurocirugía, Bs.As. y Sanatorio O.S.P.G., Bs.As.
2Sanatorio Quintar, S.S. Jujuy


Correspondencia: Aizpurúa 3105 (1431) Buenos Aires


RESUMEN
Hemos revisado la experiencia adquirida con el uso de un consentimiento médico informado escrito personalizado utilizado en 35 pacientes. Se han considerado los principios deontológicos de la autonomía y el de beneficencia y hemos descripto los elementos básicos a considerar: la naturaleza del procedimiento, los riesgos, los beneficios y las alternativas terapéuticas. Jerarquizamos la elaboración progresiva del consentimiento en la condición de cirugía programada. Por último describimos nuestra formulación.

Palabras clave: consentimiento informado, mala praxis

ABSTRACT
We reviewed our experience with the use of a personalized informed consentform in 35 patients. We reinforced the principies that sustain the deontological approach to the process (autonomy and beneficence). We described the basic elements to be considered when we gíve the information: Nature of the procedure, its benefits, risks and alternatives. We highlighted that this is a programmed surgery. Finally, we describe our form.

Key words: Informed consent, Maipractice


INTRODUCCIÓN
El consentimiento informado es el núcleo de la relación médico-paciente. Se basa en dos principios básicos de la ética médica. El principio de autonomía contempla los intereses del paciente exclusivamente desde su punto de vista, según el cual sólo él es quien tiene derecho a decidir sobre lo que se realizará sobre su propio cuerpo, para lo cual debe estar adecuadamente informado, y el principio de beneficencia, que contempla los intereses del paciente desde la medicina ejercida por el médico, quien aplicará su ciencia y su arte en la búsqueda de la obtención de un beneficio para su paciente, siendo su limitante la de causarle un mal innecesario.
En los últimos tiempos, la mayoría de los centros asistenciales exigen el llenado de formularios que en general son muy genéricos, no vinculados con la práctica neuroquirúrgica y plagados de un lenguaje excesivamente legal que intimida a médicos y pacientes. Muchas veces, estos formularios son entregados por personal administrativo minutos antes de la cirugía y no reflejan lo discutido por el cirujano, quien muchas veces cree estar "protegido" por el simple hecho de que el paciente colocó su firma antes de ser operado.
Este abordaje defensivo desaprovecha el enorme valor de este documento como afianzador de la relación médico-paciente. El error surge de confundir el proceso del consentimiento con su instrumentación. Dada la compleja naturaleza de las patologías que tratamos, los neurocirujanos solemos explicar a los pacientes y a sus familias qué es lo que puede esperarse de un procedimiento o cirugía determinada, es decir que en general siempre cumplimos con el proceso. ¿Son esos formularios diseñados generalmente por abogados y firmados a las apuradas la mejor forma de documentarlo?
Dado el actual clima médico-legal en cuanto a reclamos por responsabilidad profesional, el neurocirujano debería extremar su prolijidad a la hora de documentar la información que se le brindó al paciente. En el último año hemos utilizado, con el asesoramiento de rigor en temas legales, un documento propio que fuera aplicable a la práctica de la especialidad en nuestro medio y en nuestras circunstancias, y que fuera personalizado.

DISEÑO DEL DOCUMENTO
El documento es preimpreso, pero con la característica de poseer espacios para que el neurocirujano jefe de equipo, llene con su propia mano, y con otras zonas para que complete el paciente o su familiar más próximo. Posee también espacios para que el paciente vuelque preguntas y su satisfacción y donde el cirujano pueda realizar dibujos explicativos.
Su cuerpo se compone por 10 regiones:
a) Del paciente: identificación del paciente, domicilio, lugar y fecha de suscripción.
b) Del cirujano: autorización al cirujano identificado en forma particular.
c) Del procedimiento o cirugía a realizar (naturaleza).
d) De los beneficios que se esperan obtener a partir del mismo.
e) De los riesgos típicos.
f) De los riesgos personalizados.
g) De las alternativas (incluyendo la de no hacer nada).
h) Formulación del consentimiento.
i) Preguntas, comentarios y dibujos explicativos.
j) Firma y testimonios.

DINÁMICA DE LA ELABORACIÓN DEL DOCUMENTO
Este consentimiento informado escrito se elabora en el curso de las consultas ambulatorias o durante la internación.
Para el caso de las cirugías programadas donde el tiempo no apremia se efectúa la presentación de la necesidad del consentimiento ya en la primera entrevista, comentándole al paciente sobre su existencia y la necesidad de su cumplimiento.
Luego de definida la indicación quirúrgica se completa por parte del cirujano tratante en una entrevista en consultorio donde se le explica al enfermo (o su familiar responsable) yen presencia de otro familiar o allegado, cada uno de los puntos o ítems a completar satisfaciendo las preguntas emergentes y se le entrega para su reflexión o estudio.
En un encuentro posterior se lo recibe y firma y se agrega a la historia clínica, asentándose en la actualización del día que el cirujano tratante ha obtenido el consentimiento informado escrito del paciente.

SOBRE EL CONTENIDO
En la descripción y enumeración de complicaciones del tratamiento propuesto y según sea cirugía craneana o raquimedular no hemos dejado de colocar las contingencias desfavorables como muerte, demencia, amnesia, mutismo, paraplejía, impotencia, anestesia, en términos técnicos y su equivalencia en otros de fácil comprensión para el lego. Las complicaciones asentadas por escrito reflejaron siempre lo discutido con el paciente.
Un ítem que se desarrolló en particular para cada enfermo es el de la probabilidad de complicaciones específicas debidas a enfermedades preexistentes y concausales y a hábitos o adicciones.

NUESTRA EXPERIENCIA
Los pacientes a los que les fue presentado fueron de distintas extracciones sociales y grupos culturales y religiosos completando i in total de 35 pacientes.
Todos fueron operados por nuestro equipo con una sola excepción.
Las patologías de base fueron todas estructurales, no funcionales, a saber: tumores intracraneanos de las distintas estirpes celulares, malformaciones arteriovenosas, aneurismas saculares, tumores raquimedulares, patología degenerativa de la columna y craneoplastías.
El consentimiento informado escrito pertenece al conjunto de actos y gestos médicos actuales. Incorporándolo a este campo con naturalidad, fortalece la relación médico-paciente. Este aporte surge al hacer manifiesta al paciente y su medio la enfermedad y sus derivaciones indeseables ya que al hablarlo surgen los emergentes que permiten mejorar la contención de la crisis vital del duelo y del atentado al yo que supone un acto neuroquirúrgico.
A nosotros, cirujanos, nos ha permitido trabajar con menos presión.
Contrariamente la opinión generalizada que sostiene que explicitar las complicaciones y riesgos aleja y "espanta" al paciente del cirujano, en nuestra experiencia ha abierto canales más fluidos de comunicación. De hecho sirvió para que los pacientes se involucraran más en la toma de decisiones y en todos los casos lo firmaron sin ningún tipo de recelo.
Consideramos que el consentimiento informado debe otorgarse al cirujano tratante y no a la institución, de modo que no es un acto administrativo sino médico indelegable y en aquellas instituciones que poseen formularios propios he mos también pedido y obtenido este consentimiento personalizado.
Esta dinámica de construcción del consentimiento informado y su contenido han sido expuestos en sede judicial a propósito de cirugías donde se dio participación al juez -corno en casos policiales, casos de testigos de Jehová, menores y enfermos bajo curatela-, siendo bien ponderado.
Reconocemos que esta dinámica supone una dedicación particular y consume tiempo de atención en el ámbito asistencial, pero en pro de la actualización constante que se debe realizar en nuestra actividad cotidiana, es un presupuesto válido.

Mayor información sobre este tema:
1. Herz DA y Laoman H. Informed consent: is it a myth? Neurosurgery 1992, 30: 453-457.
2. Highton E I y Mierzba S M: La relación médico-paciente. El Consentimiento Informado. Buenos Aires, Ed. Ad Hoc SRL, 1991.
3. Maglio I: Guías para el Consentimiento Informado. Guías de buena práctica ético-legal en VIH/Sida. Vol 1 N° 1, septiembre 1999. Ed Arkhetypo.
4. Vítolo F: Consentimiento.. .¿informado? Rey El Monitor, sept. 1998. St Paul Argentina Cía. de Seguros S.A.
5. Wierzba S M: Consentimiento del paciente: ¿Qué debe informarse? Praxis Médica. Año 1 N° 1 septiembre de 1997.
6. Wikinski J A y Piaggio A N: El consentimiento Informado. Primera parte: El deber de Informar. Rey Arg Anestesia, 1993, 51: 87-105.