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REV ARGENT NEUROC | VOL. 28, Nº 2 : 35-39 | 2014
ARTÍCULO ORIGINAL
Descompresión microvascular en neuralgia del trigémino: reporte de 36 casos y revisión de la literatura
Álvaro Campero1,2, Pablo Ajler3, Abraham Agustín Campero2
1Servicio de Neurocirugía, Hospital Padilla, Tucumán, Argentina, 2Servicio de Neurocirugía, Sanatorio Modelo, Tucumán, Argentina
3Servicio de Neurocirugía, Hospital Italiano, Buenos Aires, Argentina
Álvaro Campero
alvarocampero@yahoo.com.ar
Conflicto de intereses: los autores declaran no presentar conflicto de intereses.
RESUMEN
Objetivo: el propósito del presente trabajo es presentar los resultados de 36 pacientes con diagnóstico de neuralgia del trigémino (NT), en los cuales se realizó una descompresión microvascular (DMV).
Material y Método: desde junio de 2005 a mayo de 2012, 36 pacientes con diagnóstico de NT fueron operados por el primer autor (AC), realizando una DMV. Se evaluó: edad, sexo, tiempo de sintomatología previo a la cirugía, hallazgos intraoperatorios (a través de los videos quirúrgicos), y resultados postoperatorios.
Resultados: de los 36 pacientes operados, 25 fueron mujeres y 11 varones. El promedio de edad fue de 48 años. El seguimiento postoperatorio fue en promedio de 38 meses. De los 36 pacientes, 32 (88%) evolucionaron sin dolor hasta la fecha. De los 4 casos con recurrencia de dolor, en dos pacientes se observó como hallazgo intraoperatorio un conflicto venoso.
Conclusión: la DMV como tratamiento de la NT es un procedimiento efectivo y seguro. El hallazgo intraoperatorio de una “compresión” venosa podría indicar una evolución postoperatoria desfavorable.
Palabras Claves: Descompresión Neurovascular; Microcirugía; Nervio Trigémino; Neuralgia del Trigémino
ABSTRACT
Objective: the aim of this study is to describe the results of 36 patients with trigeminal neuralgia treated with microvascular decompression.
Method: between June 2005 and May 2012, 36 patients with trigeminal neuralgia were operated by the first author (AC), underwent microvascular decompression. The age, sex, duration of symptoms before surgery, and surgical finds, were all evaluated. In addition, postoperative results were also analyzed.
Results: twenty-five patients were women and 11 were men. The average age of the patients was 48 years. The average time of postoperative follow-up after the surgery was 36 months. Relief from pain until now occurred in 32 patients (88%). Pain recurrence was observed in 4 patients; of those, 2 cases showed a vein compression.
Conclusion: the microvascular decompression for trigeminal neuralgia is a safe an effective option. A vein compression could point out a unfavorable follow-up.
Key words: Microsurgery; Microvascular Decompression; Trigeminal Nerve; Trigeminal Neuralgia
INTRODUCCIÓN
La descompresión microvascular (DMV) para el tratamiento de la neuralgia del trigémino (NT), primeramente reportada por Gardner en el año 1962,1 fue popularizada por Jannetta a partir de 1967.2 La tasa de remisión del dolor luego de una DMV, en los primeros meses, es mayor al 80%,3-8 con una incidencia de recurrencia entre el 15 y 30%.4,7,8 La mayor incidencia de recurrencia se da en los primeros 2 años luego de la cirugía.4
La NT es un desorden neuropático caracterizado por episodios de intenso dolor facial, originados por el nervio trigémino.9 Basado en la hipótesis que una compresión vascular es la causa de la NT primaria, la curación sin necesidad de tratamiento médico se puede lograr, en la mayoría de los casos, con una DMV.9 Más aún, muchas publicaciones muestran que cuanto mayor es la compresión vascular sobre el nervio, mejor es el resultado postoperatorio.9-13 Como alternativa de la DMV existen técnicas menos invasivas (compresión con balón, termolesión por radiofrecuencia, radiocirugía, etc.), mostrando no obstante una mayor tasa de recurrencia.9-12,14
El propósito del presente trabajo es presentar los resultados de 36 pacientes con diagnóstico de NT, en los cuales se realizó una DMV.
MATERIAL Y MÉTODO
Desde Junio de 2005 a Mayo de 2012, 36 pacientes con diagnóstico de NT primaria fueron operados por el primer autor (AC), realizando una DMV. Las historias clínicas y los videos quirúrgicos fueron analizados, evaluando: edad, sexo, tiempo de sintomatología previo a la cirugía, hallazgos intraoperatorios (a través de los videos quirúrgicos), y resultados postoperatorios.
Todos los pacientes de la presente serie llegaron a la consulta luego de realizar tratamiento médico con una o más drogas. Carbamazepina fue la medicación más utilizada, combinándose en algunos casos con amitriptilina, pregabalina, gabapentin o baclofeno. En un caso, el paciente había realizado una termolesión percutánea, con buen resultado por 18 meses. La decisión quirúrgica fue por falta de eficacia del tratamiento médico en 31 casos (86%), por efectos adversos de la medicación en 4 casos (11%), y por falta de eficacia del tratamiento médico y de la radiofrecuencia en 1 caso (2,7%).
Técnica Quirúrgica (Fig. 1)
El paciente es colocado en posición semisentada, con la cabeza flexionada y rotada hacia el lado del abordaje. La incisión es de aproximadamente 10 cm de longitud, vertical, 1 cm medial al borde posterior de la ranura digástrica. Luego de una disección subperióstica, se realiza una craniectomía de aproximadamente 3 cm de diámetro, exponiendo los márgenes de los senos transverso y sigmoideo. Se realiza una apertura dural de forma curva, siguiendo el borde interno del seno lateral. Después de colocado el microscopio, se accede a la región del nervio trigémino reclinando el cerebelo en el borde entre su superficie tentorial y petrosa. Una vez visualizado, el nervio es expuesto en todo su recorrido cisternal, con especial interés en la zona de entrada (a nivel de la protuberancia). Una vez encontrado el conflicto vascular, se coloca el teflón separando el vaso del nervio. Se ilustra el presente trabajo con 9 casos con fotos intraoperatorias (Figs. 2-10) y 5 videos quirúrgicos (video 1-5). Finalmente la duramadre es cerrada en forma hermética.
RESULTADOS
De los 36 pacientes operados, 25 fueron mujeres y 11 varones. El promedio de edad fue de 48 años (mínimo de 16 y máximo de 73 años). Desde el comienzo del dolor a la cirugía, el tiempo promedio transcurrido fue de 6,6 años (mínimo de 5 meses y máximo de 14 años).
Los hallazgos operatorios fueron los siguientes: a) 22 casos con compresión de la arteria cerebelosa superior; b) 10 casos con compresión de la arteria cerebelosa anteroinferior; c) 2 casos con compresión venosa; d) 2 casos con compresión doble (arteria cerebelosa superior + arteria cerebelosa anteroinferior en un caso y arteria cerebelosa superior + arteria basilar en otro caso).
El seguimiento postoperatorio fue en promedio de 38 meses (máximo de 76 meses y mínimo de 11 meses). De los 36 pacientes, 32 (88%) evolucionaron sin dolor hasta la fecha. De los 4 pacientes (12%) con recurrencia de dolor, en dos pacientes se observó como hallazgo intraoperatorio un conflicto venoso; uno de esos pacientes se re operó, realizando una rizotomía de V3, lo cual fue efectivo sólo por 1 mes (Fig. 7). El otro paciente con conflicto venoso, con recurrencia del dolor un mes posterior a la cirugía, no regresó luego a la consulta (Fig. 6). El tercer caso fue una paciente donde recurrió el dolor al cabo de 3 años de la cirugía. Se volvió a colocar carbamazepina, y hasta la fecha se encuentra sin dolor (lleva 9 meses). El cuarto caso fue una paciente con compresión de arteria cerebelosa anteroinferior, que recurrió el dolor luego de 16 meses de la cirugía; no mejoró con medicación. Se re operó, constatándose que el teflón se había corrido del lugar. Se colocó un nuevo teflón, y hasta el momento se encuentra sin dolor (lleva 4 meses) (Fig. 10).
En cuanto a las complicaciones postoperatorias, la mortalidad fue del 0%. En relación a la morbilidad de la técnica quirúrgica, dos pacientes (5,5%) presentaron una fístula de líquido cefalorraquídeo por la herida quirúrgica, que se solucionó en ambos casos con un drenaje espinal colocado durante 7 días. Además, un paciente (2,7%) presentó en el postoperatorio sordera, la cual no mejoró con el correr del tiempo. No se observó déficit postoperatorio del nervio facial en ningún caso. Tampoco hubo en la presente serie infección de la herida quirúrgica ni meningitis.
DISCUSIÓN
La hipótesis de un conflicto arteria-nervio como causa de la NT fue postulada originalmente por Dandy en el año 1934;6,15,16 dicha idea fue avalada y difundida tiempo después por Jannetta, gracias a los hallazgos intraoperatorios a través del microscopio.2,5,6
Si bien el primer tratamiento en la NT es la terapia médica, usualmente a través de carbamazepina,17 la baja tasa de control del dolor a largo plazo, asociado a los efectos adversos de la propia medicación hicieron que la mayoría de los pacientes terminen recibiendo un tratamiento quirúrgico (percutáneo o microquirúrgico).6 En los últimos años se agregó a las posibilidades terapéuticas la radiocirugía.18-20
Lo más frecuente de ver es una compresión arterial, generalmente a través de una arteria cerebelosa. Sin embargo, la compresión venosa ha sido reportada entre un 9 y 25%.6,21 Incluso hay trabajos que hablan de un índice de recurrencia más alto en casos de compresión venosa.22,23 En nuestra serie dos pacientes presentaron un conflicto venoso (5,5%); en dichos 2 pacientes se colocó teflón entre la vena y el nervio, no siendo efectivo el procedimiento.
La ausencia de algún tipo de compresión vascular fue vista entre un 3 y 17%.6 En nuestros casos, todos presentaron algún tipo de conflicto vascular (94,5% compresión arterial y 5,5% compresión venosa), similar al trabajo de Tucer y colaboradores, donde una compresión vascular fue detectada en el 100% de los casos.9
Rughani y colaboradores utilizaron el Nationwide Inpatient Sample para obtener información sobre 3273 pacientes que se les realizó una DMV en Estados Unidos; así, evaluaron la relación entre edad y morbilidad/mortalidad. La mortalidad fue de 0,13% para pacientes menores de 65 años, 0,68% para pacientes entre 65 y 75 años, y de 1,16% para pacientes mayores de 75 años.24 Si bien la DMV continúa siendo una buena alternativa en pacientes de edad avanzada, es importante tener presente que el riesgo de complicaciones aumenta con los años. La opción de DMV en pacientes mayores de 65 años continúa siendo viable, si el neurocirujano presenta la experiencia y habilidades necesarias, y si el paciente es totalmente informado del procedimiento, las alternativas y los riesgos.25 En nuestra serie 4 pacientes con más de 65 años fueron operados, los cuales presentaban una muy buena condición clínica, por lo cual se decidió microcirugía; el resultado fue satisfactorio en los cuatro casos.
En la presente serie de 36 pacientes no hubo ninguna muerte, dato que concuerda con las publicaciones sobre DMV.4-9 La morbilidad total fue del 8,3%, siendo dos los pacientes que presentaron fístula de líquido cefalorraquídeo por la herida quirúrgica, las cuales se solucionaron sin cirugía; y un caso de sordera, la cual fue permanente. Los resultados en cuanto a morbilidad son similares a los encontrados en la literatura.4-9 Tucer y colaboradores, en un estudio con similar número de casos de DMV (37 pacientes), mostraron como complicaciones 2 casos de infección de la herida, un caso de perdida de audición (mejoró a los dos meses), un caso de psicosis y un caso de hipoestesia postoperatoria (mejoró a los 6 meses).9
CONCLUSIÓN
La DMV como tratamiento de la NT es un procedimiento efectivo y seguro. El hallazgo intraoperatorio de una “compresión” venosa podría indicar una evolución postoperatoria desfavorable.
BIBLIOGRAFÍA
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COMENTARIO
El trabajo presentado se compone de una interesante serie de 36 paciente operados de descompresiva microvascular, entre junio del 2005 y mayo del 2012, y una revisión de la literatura sobre la patología en cuestión.
Es una serie muy rica que aporta datos interesantes para el tratamiento de esta patología en nuestro medio y una magnifica iconografía de fotografías intraoperatorias.
La fisiopatología más aceptada en la Neuralgia del Trigémino es la existencia de una compresión vascular en la porción central del nervio. Esta compresión de tipo crónico y pulsátil, generaría un proceso local de demielinización que dejaría un grupo de axones en contacto directo posibilitando una transmisión efática entre ellos (transmisión directa de un potencial de acción de un axón al otro por contigüidad). Estas descargas ectópicas, mantenidas crónicamente, generarían a su vez una hiperactividad en los núcleos trigeminales dando cuenta de la clínica epileptiforme de la Neuralgia Trigeminal, su respuesta a medicamentos anticomiciales y la posibilidad de controlar el cuadro mediante una descompresión microvascular.
La serie en cuestión cuenta con un tiempo de seguimiento todavía corto (38 meses promedio), pero con excelente resultados terapéutico (88%) y con una morbimortalidad dentro de los valores aceptados en la series más modernas de descompresiva.
En el 12% de recidivas, la mitad está constituida por los únicos dos pacientes con una compresión venosa. Si bien los autores aportan evidencias que relacionan este tipo de compresión con una mayor incidencia de recidivas, existen otros importantes trabajos que aportan evidencia estadísticamente significativa que más que el tipo de vaso es la intensidad de la compresión la que se relaciona con el éxito terapéutico de la Descompresión.1 El comentario es para que no se tome en cuenta la posibilidad de no realizar una descompresiva en presencia de compresión venosa como hizo correctamente el autor.
En relación a la morbilidad quirúrgica un paciente presentó una sordera postoperatoria. La fisiopatología más frecuente de esta complicación es el sufrimiento vascular del VIII° par por la elongación del mismo durante la retracción cerebelosa de lateral a medial en el abordaje suboccipital por la cara petrosa como el que realiza el autor. Una posibilidad para evitar esta complicación (no siempre posible) sería realizar una cirugía sin retractor, luego de sacar pacientemente líquido cefalorraquideo para ganar espacio cisternal, o utilizar la vía infratentorial supracerebelosa.
Sería de interés, en mi opinión, volver a contar en un futuro con una comunicación más tardía de esta excelente serie para considerar la efectividad “final” de la técnica luego de algunas inevitables recidivas (69,6% de efectividad a los 10 años en la serie de Jannetta y un 73,4% a los 15 años en la serie de Sindou).
Matteo Baccanelli
Bibliografía
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