La educación en época de globalización IV. El fin último de la educación

Título

La educación en época de globalización IV. El fin último de la educación

Autor

Horacio Fontana

Fecha

Diciembre 2007

Texto

Rev. argent. neurocir. v.21 n.4 Ciudad Autónoma de Buenos Aires oct./dic. 2007

La educación en época de globalización IV. El fin último de la educación


"Educar es un acto de amor".
Paulo Freire
La educación como práctica de la libertad

"El que no enseña tiene el poder"
Programa "Otro tema" Canal TN. 10-VII-07.
Tema tratado: La malapraxis de los abogados.

De forma positiva una y negativa la otra, ambas frases nos indican con contundente sencillez que toda educación propende a un fin noble. El objetivo, oculto pero siempre presente, es la búsqueda de la perfección espiritual. Que los discípulos sean capaces de alcanzar la felicidad, en este caso a través de la práctica de la especialidad. Capacitación para las habilidades y formación de conciencias.
Ahora bien, si miramos a nuestro alrededor, veremos que la nuestra es, quizá, una de las especialidades más abandonadas. Revisemos lo que más conocemos: nuestras generaciones o las inmediatas en forma ascendente o descendente. Cuántos han quedado en el camino. Las imágenes, la neurología, la psiquiatría, la neurofisiología o alguna rama de la propia neurocirugía. Cuántos permanecen en la especialidad nominalmente, en un estado de depresión reprimido.
Hemos podido comprobar de muy cerca algunos, y otros de algo más lejos, los efectos letales de la falta de control ético por parte de los mayores sobre sus "protegidos".
La perdida de la vida, o el quebranto de la salud de muchos de nosotros en plena actividad profesional, es otro ejemplo de lo mal que puede llegar a hacernos una práctica deformada.
Quien se deforma espiritualmente durante su período de "formación" ya no tiene solución. Andará por la vida con una percepción distorsionada de la realidad en que se desempeña, generando conflictos donde se encuentre, obstruyendo buenas intenciones, compitiendo deslealmente, destruyendo grupos de trabajo, o ejerciendo el poder con injusticia. Otros, por el contrario, pasarán por su vida profesional, como cruzando la selva, padeciendo el asalto de colegas desaprensivos, instituciones, empresas e incluso pacientes.
Estos aspectos de la formación son especialmente difíciles de tratar, aunque sus consecuencias sean tan evidentes. Lo que se diga en este sentido podrá ser polémico y aceptadamente incompleto, pero el objetivo de este editorial es llamar la atención sobre estos aspectos de la educación, de los que poco se habla, posiblemente por esta misma dificultad para tratarlos y para ponerlos en práctica.
La alteración grave de los valores de nuestras sociedades en la época de la globalización, influye negativamente. Al devenir el dinero en el valor por excelencia y la "obsesión por transformarlo todo en mercancía"1 han generado una "total desresponsabilización social, moral y ambiental"1, que no excluye a la práctica de la neurocirugía.
Los cambios que se han producido en la estructura familiar, afectan seriamente la socialización primaria2 (formación de una representación primera del mundo estable y no cuestionada, generada por la interacción con los padres). La familia actual tiende más a construir la identidad personal que a transmitir el patrimonio económico y especialmente moral, de una generación a otra2.
La expansión del individualismo a cada vez más ámbitos sociales, lleva a que cada uno cree su propio "estilo de vida", desee hacer valer el derecho de su libertad de expresión y expansión de su personalidad2, bienes en sí mismos poco discutibles, pero que no se acompañan de modificaciones de las instituciones para contener estos individualismos sin que vayan en detrimento de otros igualmente legítimos, y que todo esto resulte en beneficio no sólo personal, sino también institucional y social.
Este es el bagaje que trae el discípulo que se acerca a obtener su formación en nuestros servicios actualmente y el ambiente social en que estamos inmersos nosotros mismos. Nuestro trabajo consistirá en canalizar aptitudes no sólo intelectuales o prácticas, sino también morales, y corregir defectos a tiempo. ¿Podemos hacer algo más?
Al pasar, escuchamos que los jóvenes reclaman modelos a los que emular (¿o al menos, aborrecer?, aprendiendo de sus errores).
¿Qué puede trasmitir un maestro además de sus conocimientos técnicos y su trato con el paciente? Una diposición, una actitud, una mística, la persecución de un ideal o, al menos, una forma de encararse con los problemas de la realidad, en donde se respeten coherentemente unos principios, que podrían ser explicitados, en cualquier momento, sin turbación.
Otro reclamo es el de mayor unidad, es más, diría yo, unanimidad acerca de algunos temas que hacen, por ejemplo, a nuestras condiciones de trabajo de cara a la sociedad en general y en especial a algunos de sus más conspicuos intermediarios: instituciones, empresas y especialmente, la ley, la justicia y la administración pública.
Nuestra responsabilidad sería discutir y profundizar estos temas con los discípulos y crear dentro de nuestros Servicios un ambiente en que el joven (y no tan joven) viva intensamente y reflexione junto con los problemas de la formación técnica, los aspectos relacionales de nuestra especialidad. ¿Tenemos la suficiente claridad como para hacernos cargo de estos aspectos de la formación?
La inclusión en los programas de una dosis justa de Humanidades3 que les recuerden las raíces de nuestra cultura, nuestros valores y las razones de muchas de las características de nuestra vida profesional actual, administradas en forma de diálogo y abarcando la discusión de problemas prácticos de nuestra actividad, aparecen como no sólo útiles sino imprescindibles, para ayudarlos a ser factores de cambio de la dura realidad que les legamos, no dejándolos liberados exclusivamente a su intuición.
Como lo comenzamos, cerramos este editorial con una frase de Paulo Freire4: una educación dialogal y activa, orientada hacia la responsabilidad social y política, se caracteriza por la profundidad en la interpretación de los problemas".

Horacio Fontana

1. Gélinas, JB. El mónstruo de la globalización. Desafíos y alternativas. Hombre Nuevo Editores. Medellín, 2006.

2. Tedesco, JC. Educar en la sociedad del conocimiento. Fondo de cultura económica. México, 2000.

3. Heisenberg, W. La imagen de la naturaleza en la física actual. Ediciones Orbis, Madrid, 1985.

4. Freire, Paulo. La educación como práctica de la libertad. Siglo veintiuno, Buenos Aires 1985.

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