Dr. RICARDO MOREA

Título

Dr. RICARDO MOREA

Autor

Gabriel Giusta

Fecha

Agosto 1986

Texto

Dr. RICARDO MOREA

El profesor Dr. Ricardo Morea nace el 31 de enero de 1899 y como proviene de familia de recursos, completa los estudios secundarios del "Lycée Condorcet" en "La Sorbonne" en 1916. Al año siguiente ingresa a la Facultad de Ciencias Médicas de Buenos Aires y egresa como Doctor en Medicina en marzo de 1924.
Fue disector de Anatomía y practicante del Hospital Alvear.



Aunque su primera orientación fue la ortopedia, su dedicación exclusiva a la Neurocirugía se produjo de la siguiente manera. Estando en EE. UU. presencia operaciones practicadas por Cushing, Frazier y Adson, tres distinguidos neurocirujanos; circunstancialmente se encuentra con el profesor argentino Dr. Alejandro Ceballos quien le sugiere verse con el Dr. Manuel Balado quien realizaba tareas de investigación en la Mayo Clinic. Este fue el primer profesor titular de Neurocirugía de la Argentina y el momento del origen de la colaboración y amistar de ambos, hasta el fallecimiento del Dr. Balado en 1942.
En 1936, el Dr. Morea inicia su carrera docente en Clínica Quirúrgica como docente libre y concurre regularmente al Hospital Nacional de Alienadas a la sala del profesor Christofredo Jakob para completar su formación en neuroanatomía e histología. Se hace cargo de la impresión de El Cerebro Humano de la Folia Neurobiológica Argentina; estos atlas fueron ordenados, clasificados y continuados con el esfuerzo de Jakob y Morea (1940).
En el ínterin presenta trabajos, como correlator de M. Balado "Tratamiento Quirúrgico de los Tumores del Nervio Auditivo". Este es el primer aporte que la Neurocirugía Argentina hace conocer en Europa, marcando el inicio de la Escuela Neuroquirúrgica Argentina.
También en 1933 en Londres al asistir al II congreso Internacional de Neurología, al que concurre desde París, obtiene con su prédica que el castellano fuese aceptado como uno de los idiomas oficiales y la concesión de la vicepresidencia a la República Argentina en la persona del Dr. Balado.
Trabajó con el Profesor Dr. Bernardo Houssay en el Instituto de Fisiología de donde surgirá su tesis de profesorado "La actividad bioeléctrica del Encéfalo del gato" en 1941.
Desde 1935 atiende a los pacientes neuroquirúrgicos en el Hospital de Niños y el Alvear, siendo consultor del Hospital Salaberry y la Casa Cuna. En 1946 se hace cargo de la atención de los pacientes neuroquirúrgicos del Hospital Italiano; en 1951 se inaugura el Servicio de Neurocirugía con 25 camas, logro debido exclusivamente a su esfuerzo, tesón, vocación de servicio y los recursos propios destinados a solventar el armado de la sala de Operaciones, sala de Rayos y la de Recuperación Postoperatoria, que sería el germen de la actual Terapia Intensiva del Hospital.
Ello implicó proveerlas de la mesa de cirugía, lámpara scialítica, aparato de rayos e instrumental.
A partir de 1958, se hace cargo por concurso del Servicio de Neurocirugía del Hospital Municipal Cosme Argerich hasta su jubilación, simultáneamente con el Italiano donde permaneció hasta cumplir 70 años.
Fue un viajero incansable y cruzó el Atlántico infinitas veces para concurrir reiteradamente a Servicios Neuroquirúrgicos: Cushing (Boston), Dandy (Baltimore), Adson (Mayo Clinic), Bailey (Chicago), Elsberg (Columbia University), De Martel y Clovis Vincent (Francia).
Relator en numerosos Congresos Científicos, autor de múltiples trabajos, presidente del X Congreso Latinoamericano de Neurocirugía en Buenos Aires en 1963, Miembro de Honor de la Société de Neurochirurgie de la Langue Francaise, Decano del Colegio Argentino de Neurocirujanos entre otras múltiples distinciones.
Su tesis de Doctorado "La ventriculografía" fue elogiada mundialmente y publicado casi en su totalidad en la "Revue Neurologique" en 1929 y todos los otros trabajos deben dejar lugar a su obra maestra. Esta no está escrita sino que es vívida, es su vida misma la que él nos mostró diariamente a todos los que tuvimos el privilegio de tratarlo.
El maestro Morea, un ser humano excesivamente modesto, permeable, siempre dispuesto a escuchar, atento a las inquietudes de los más jóvenes colaboradores, notable capacidad de organización, impulso permanente a la superación diaria, con el pensamiento y visión puestos siempre en el futuro, de conducta intachable y culto por la verdad, el respeto y la justicia.
Orgulloso de su ascendencia vasca, era irreductible, indomable, sin transacciones, y esto cosecha sinsabores, rechazo que lo hicieron vivir años difíciles y muy duros aunque en estos últimos, puedo asegurarlo se sintió feliz, gratificado al ver que los jóvenes a quien él había contribuido a formar le prodigaron sanamente en cada reunión, en cada Congreso, en la Ciudad de Corrientes en agosto de 1985 su reconocimiento y afecto. Presidió la reunión de evaluación de la Academia Argentina de Neurocirugía de la cual era fundador y Decano todos los años, hasta que nos dejara el 19 de septiembre.
Don Ricardo se fue, pero no se llevó nada, nos dejó todo: corrección, ética y su tremenda vocación de servicio. Nos dio de sí todo lo suyo Moral, Espiritual y Material, por lo tanto neurocirujanos argentinos nuestra obligación es ¡no defraudarlo!

Gabriel Giusta

Document Viewer